La región San Martín, conocida como la cabecera de cuenca de los ríos Huallaga, Mayo, Sisa, entre otros, enfrenta una crisis ambiental que pone en riesgo su biodiversidad, su economía y la salud de sus comunidades. Los bosques naturales, que cubren más del 60% de su territorio, son un patrimonio invaluable que debe ser gestionado con mayor responsabilidad y orden.
La importancia de los bosques como proveedores de servicios ecosistémicos no puede ser subestimada. Estos recursos naturales regulan el ciclo del agua, conservan la biodiversidad, previenen la erosión y ayudan a mitigar el cambio climático. Sin embargo, en San Martín, la expansión del tráfico de tierras, la minería ilegal, el tráfico de madera y el narcotráfico han contribuido a una alarmante deforestación y degradación de los bosques.
El tráfico de madera y tierras ha incentivado la explotación descontrolada, muchas veces sin respetar las leyes ambientales, lo que agrava la pérdida de cobertura forestal. La minería ilegal, además de destruir ecosistemas, contamina ríos y suelos, afectando la salud de las comunidades y la biodiversidad. Por su parte, el narcotráfico ha encontrado en los bosques un refugio para sus actividades ilícitas, generando un círculo vicioso que dificulta la protección del entorno natural.
Urge un ordenamiento territorial efectivo que permita gestionar de manera sostenible los recursos forestales y evitar que la región siga siendo víctima de actividades ilegales. La implementación de políticas claras y la participación activa de las comunidades locales son fundamentales para proteger estos ecosistemas vitales.
Es imprescindible que las autoridades refuercen la vigilancia y el control, promoviendo una gestión participativa y transparente de los recursos forestales. Solo así se podrá garantizar que los bosques de San Martín sigan siendo un pilar para el bienestar de sus habitantes y un ejemplo de conservación en la Amazonía peruana.
Proteger nuestros bosques no solo es una responsabilidad ambiental, sino también una inversión en el futuro de San Martín y del Perú. La conservación y el ordenamiento territorial son la clave para detener la pérdida de estos recursos y asegurar un desarrollo sostenible para las generaciones venideras.