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domingo, octubre 5, 2025

“Carta de los Deberes Humanos” y la Ley de Polaridad Universal

«Ningún derecho podrá subsistir sin la simetría de los deberes que le corresponden. Con la misma vehemencia y la misma fuerza con que reivindicamos nuestros derechos, reivindiquemos también el deber de nuestros deberes».

Esta sabia exclamación del escritor portugués José Saramago en su discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura (1998) coincidiendo entonces con la celebración de los 50 años de la Declaración de los Derechos Humanos, fue clave en un proyecto para promover una Carta de Deberes Humanos.

Hoy, dicho pensamiento sigue encontrando gran resonancia, demostrando aquella famosa frase de Victor Hugo: «Nada es tan poderoso como una idea cuyo momento ha llegado.»

En ese sentido, continuando con los comentarios sobre la Sabia Enseñanza del Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares acerca del ZEN, compartida y Guiada por sus Discípulos más avanzados, Venerables Sat Arhats Matemático José Miguel Esborronda Andrade y Contadora María Nilda Cerf Arbulú, tenemos sus valiosas observaciones en el 12 Congreso Mundial para el Talento de la Niñez de las ELIC:

“El estimado Dr. Antonio Bava (Trieste, Italia) llega en este congreso del Talento a su décima participación desde la tercera edición en Mendoza, Argentina, donde conoció a las ELIC [www.elicnet.org]. Y lo hace con un póster que nos ha parecido muy interesante difundir acerca de los Deberes del Hombre para complementar los Derechos de los que mucho se habla. Hemos observado también que otros expositores en sus ponencias han insistido en la necesidad de pensar en los deberes y no solo en los derechos. Lo relacionamos con la Enseñanza del Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares en la Tribuna Filosófica sobre el Zen donde, entre las condiciones tradicionales para seguir el camino del Zen, señala:

“Viene un punto séptimo que dice: debe saber cumplir tanto un papel positivo como un papel negativo en el drama del Zen. Éste es un concepto bastante, es decir que ha originado muy diversas discusiones. En primer lugar, el Zen tiene su drama; o sea que está inherente en el Zen vivir también un drama, en el cual no solamente se puede cumplir el papel positivo sino el papel negativo. Ese aspecto muchos filósofos han considerado que por qué razón el Zen ha pronunciado semejante cosa. No es de extrañar, pues, que por ejemplo el Maestre Serge Raynaud de la Ferrière [@magnafraternitasuniversalis] hable en un estudio acerca, en una mención que hace del pensamiento oriental en Los Grandes Mensajes: diga que, así como existen doscientas cuarenta y ocho cualidades positivas, existen trescientas sesenta y cinco cualidades negativas. Alguien ha pensado que, en cierta circunstancia, propiamente la negatividad no es exactamente el sentido de una negatividad de tipo delictiva ni nada de ello, sino en el sentido de la receptividad o de la pasividad, pero como quiera que sea el enunciamiento es así.”

Respecto a esta “controversia” acerca de por qué el Zen incluye cumplir también un “papel negativo” en su “drama” podemos comentar, que esta realización se ciñe a la LEY de POLARIDAD universal donde la polaridad “negativa” no tiene nada que ver con la maldad o lo malo sino con la función PASIVA (receptiva) que necesariamente debe acompañar a nuestras realizaciones activas (positivas, concretas, exteriores).

Algunos ejemplos de este “papel negativo” en el “drama del Zen” o en el recorrido por el “Sendero Estrecho” (al que alude la Biblia) o “Zen-dero” de la Iniciación Mayor, pueden ser:

La RESISTENCIA: resistir los embates de las fuerzas negativas que se presentan en la CONVIVENCIA con nuestros hermanos del Sendero o de la humanidad; sobrellevar, dejando en el vacío los efectos de la intransigencia, impaciencia, ofensas, envidias, celos, discusiones, apatía, desmotivación, fastidio, cólera, tristeza, desánimo, duda, miedo, indignación, angustias, resentimientos, susceptibilidades, vanagloria, etc.

Esta batalla contra la IGNORANCIA espiritual personal y colectiva no solo es pues al ataque u ofensiva SINO TAMBIÉN DEFENSIVA (pasiva, “negativa” …) En la “guerra espiritual” no solo existen las polaridades activas como la “espada” (símbolo de la palabra y la lógica) la “lanza” (símbolo del Pensamiento-Espíritu Santo o Don de Sabiduría) sino también el dominio las polaridades “negativas” (receptivas, asimilativas) como el “escudo”, el “casco”, “LA ARMADURA” que ASIMILA los “golpes” de la vida y de nuestros “enemigos”. Como bien lo señala el Maestres Dr. Serge Raynaud de la Ferrière:

“Evidentemente se puede decir que la Fe sí juega un papel en el método del yoghismo en tanto que se trata de tener confianza en sí mismo, es decir, que es indispensable armarse de una potencialidad supra-normal, digamos una fuerza divina como dice la Epístola de San Pablo, a los Efesios (cap.  VI, vers. 11), la armadura de Dios, de aquello que nos debemos revestir, según ese gran Instructor cristiano, y lo cual es posible y está a nuestra disposición, la armadura del plan divino, las fuerzas supranormales para luchar, no contra el cuerpo (ver vers. 12) sino contra la ignorancia (el príncipe de las tinieblas a que alude el vers. 13).”

Otra aplicación de esta “negatividad” en el Drama del Zen sería la ejecución, por parte y prerrogativa de los Grandes Iniciados y Maestres, de la LEY DE LOS ÉXODOS, donde es necesario aplicar el RIGOR y “el fuego devorador” de Dios (IEVE) para CORTAR los agentes de deformación que impiden la preservación de algo Sagrado. Así lo hicieron Moisés, Pitágoras, Pablo de Tarso, Nagarjuna, y los Avatares o Mesías…

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