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domingo, octubre 5, 2025

Frida y Diego, unidos por un puente (Séptima entrega)

Frida Kahlo (México 1909 – 1954), fue una pintora mexicana, militante comunista de obra y vida excepcional. Sus 150 pinturas tratan de autorretratos, abortos, amputaciones y múltiples operaciones que tuvo que soportar. Repacemos extractos de la obra, FRIDA. Una biografía de Frida Kahlo. Escrita por Hayden Herrera.

Frida dejó de pintar

“Frida no pintó durante los primeros meses de su matrimonio, pues el estar casada con Diego era un trabajo de tiempo completo. Diego llevaba un plan de trabajo casi sobrehumano hasta quedarse dormido sobre el andamio. Frida se reunía con él para verlo pintar jugando a la joven esposa del gran hombre, le llevaba la comida en una canasta decorada con flores y cubierta por servilletas bordadas con frases como «Te adoro». Esta costumbre era originaria de las campesinas mexicanas, que llevan los almuerzos de sus maridos a los campos donde éstos trabajan.”

La imaginación de Diego, esclavizaba a Frida

“Frida se obsesionó por Diego desde el principio, la imaginación pródiga de Diego la esclavizaba. Fuera de toda duda, Frida adoraba a Diego a pesar que sin duda alguna era un esposo infiel. Sin embargo, aunque a veces eso la desesperaba, hubo ocasiones en las que dijo que le «valía» y que, en realidad, las aventuras de Diego la divertían. Como Diego admiraba a las mujeres fuertes esperaba que Frida tuviera sus propias opiniones, amigos y actividades. Alentó su pintura y el desarrollo de su estilo individual.”

Unidos por un puente

“El hogar que construyó Diego para ellos, comprendía dos construcciones unidas por un puente. Los biógrafos de Ribera dicen: “Como es natural, tratándose de dos caracteres tan fuertes, su vida conjunta era tormentosa. Ella subordinó su voluntad a la de él: de otro modo hubiera sido imposible vivir con Diego. Se reía de sus aventuras, perdonaba sus relaciones con otras mujeres, sus estratagemas hirientes, su crueldad. Sostenía que a las grandes dotes de Rivera debía corresponder con mucha indulgencia, que así era y por eso lo amaba. «No puedo quererlo por lo que no es.» Con el tiempo, Frida se convirtió en un pilar imprescindible para la estructura existencial de Rivera. En su autobiografía, él nombró a Frida como «el hecho más importante de mi vida».”

Una vestimenta, un estilo

“Frida al elegir como vestido de bodas la ropa que le prestó una sirvienta indígena. Estaba eligiendo una nueva identidad. Su traje preferido era el que usaban las mujeres de Tehuantepec. Entre los accesorios hay cadenas largas de oro o collares hechos con monedas de oro, y para las ocasiones especiales, un tocado primoroso con pliegues de encaje almidonado. Frida usaba peinados típicos de ciertas regiones del país para acompañar sus trajes exóticos. Como también inventaba otros entrelazando cintas de lana de colores, decorados con lazos, pasadores, peinetas o flores frescas de buganvilla. Le encantaban las joyas, usaba desde cuentas baratas de vidrio hasta elegantes aretes coloniales, y en especial, un par hecho en forma de manos, que le regaló Picasso en 1939. En los dedos llevaba una exposición constantemente cambiante de anillos de diferentes estilos y orígenes. Por supuesto, en su vestimenta, intervenía también el factor político. El traje indígena era una manera más de proclamar su alianza con la raza.”

Delicada, extravagante y bella para un esposo enorme y feo

“Los trajes de tehuana de Frida hacían resaltar a Diego. Delicada, extravagante y bella, constituía el adorno que le hacía falta al esposo enorme y feo. Si bien no modificó su carácter para corresponder al ideal de Diego, pero si inventó un estilo personal muy individual, para dramatizar la personalidad que ya tenía y que sabía le gustaba a Diego. Al final se convirtió en una mujer garbosa. Evidentemente, Frida conocía el poder mágico de la ropa para sustituir a sus dueños. En su diario escribió que el traje de tehuana equivalía al «retrato en ausencia de una sola persona»: ella misma.”

Vestida de fiesta, desafiaba al dolor y la muerte

“Hasta el final de su vida, todos los días se vestía de tehuana como preparándose para una fiesta. Quería ocultar sus cicatrices y su cojera. La vestimenta, hecha con mucho cuidado, representaba un intento de compensar los defectos de su cuerpo y su sentimiento de fragmentación, desintegración y mortalidad. Las cintas, flores, joyas y fajas, se volvieron más coloridas y más trabajadas a medida que empeoraba su salud. La decoración de Frida era conmovedora: era, a la vez, una afirmación de su amor por la vida y una señal de que era consciente del dolor y la muerte que desafiaba.”

Bibliografía

Raquel Tibol. Frida Kahlo. Una vida abierta. Editorial UNAM. 2002
Hayden Herrera. FRIDA. Una biografía de Frida Kahlo. Editorial Diana. 1983

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