Por enésima vez, la sesión ordinaria del concejo de la Municipalidad Provincial de San Martín terminó sin llegar a ningún acuerdo concreto respecto a la solicitud de nulidad de la ordenanza 022, que establece el planeamiento específico de la laguna Ricuricocha. La falta de consensos vuelve a poner en evidencia que este tema incomoda a varias autoridades locales.
Lo que más llamó la atención en esta última sesión fue la decisión de la alcaldesa de Tarapoto, Lluni Perea, quien optó por dar por concluida la reunión de manera abrupta, justo en el momento en que se iba a analizar una carta enviada el pasado 6 de setiembre por el regidor Joao Alfaro Soriano. El documento pedía la derogatoria de la mencionada ordenanza municipal, que aprueba el plan urbanístico sobre la laguna.
La polémica se desató cuando, tras la lectura del punto en que se daba a conocer la carta del regidor Alfaro quien en ese momento solicitó el uso de la palabra para sustentar su posición. Sin embargo, la alcaldesa interrumpió señalando que la sesión ya había finalizado, lo que provocó la inmediata reacción del concejal, quien expresó su malestar porque, según dijo, lo dejaron con la palabra en la boca.
El incidente refleja una vez más las tensiones al interior del concejo municipal en torno al futuro de Ricuricocha, una zona de interés ambiental y turístico que se encuentra en el centro de un debate sobre proyectos urbanísticos.
Hasta el momento, no se ha definido una fecha para retomar la discusión, lo que prolonga la incertidumbre y el descontento de quienes piden claridad en las decisiones sobre este espacio natural.