La ola de inseguridad no da tregua en Yurimaguas. La noche del martes 30 de septiembre, dos delincuentes armados y encapuchados ingresaron de manera violenta a una farmacia ubicada en el asentamiento humano Natividad.
Con total impunidad, redujeron a la trabajadora de turno y se apropiaron del dinero de la caja, cuyo monto aún no ha sido precisado. El hecho ha generado indignación y temor en la población, que se siente cada vez más desprotegida frente a la delincuencia.
Lo más preocupante es que, hasta el momento, no se ha identificado a los autores. Algunos vecinos señalaron que podrían tratarse de extranjeros, lo que ha incrementado la alarma social. Sin embargo, lo cierto es que la inseguridad sigue avanzando sin resultados concretos de las autoridades.
La ciudadanía exige respuestas inmediatas. A través de distintos medios, vecinos y dirigentes han hecho un llamado urgente a la Policía Nacional del Perú y al Serenazgo Municipal para que refuercen los patrullajes nocturnos en los asentamientos humanos, zonas que se han convertido en focos rojos de la delincuencia.
Mientras tanto, la sensación de abandono y la falta de una estrategia clara de seguridad alimentan el temor de que Yurimaguas esté quedando a merced de la criminalidad.