El crecimiento poblacional del Perú atraviesa una etapa de desaceleración, aunque la cifra total de habitantes continúa en aumento sostenido, según revela el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en su Boletín Especial N.º 24, basado en los censos nacionales y proyecciones hasta el año 2050.
De acuerdo con el gráfico presentado por el INEI, la población peruana pasó de 18 737 habitantes en 1836 a 39 363 400 en 2050, lo que representa un crecimiento histórico de más de 39 millones de personas en algo más de dos siglos. Este aumento demuestra la capacidad del país para sostener un crecimiento demográfico a pesar de los cambios económicos, sociales y migratorios experimentados en su historia.
Sin embargo, la tendencia más reciente revela un cambio importante. Mientras la tasa de crecimiento poblacional anual alcanzó su punto máximo de 2,8 % en 1972, actualmente se ha reducido de manera constante hasta situarse en 0,9 % en 2023, con proyecciones que apuntan a 0,3 % en 2050. Esta desaceleración refleja el proceso de transición demográfica que atraviesa el Perú, caracterizado por la disminución de la natalidad y el envejecimiento progresivo de la población.
Entre los aspectos positivos, destaca que el país ha logrado duplicar su población en menos de 50 años —pasando de 17,7 millones en 1981 a más de 37 millones en 2023—, lo que ha permitido ampliar la fuerza laboral, consolidar mercados internos y potenciar la diversidad económica. Además, la menor tasa de crecimiento puede aliviar presiones sobre los recursos naturales, los servicios básicos y la infraestructura urbana, abriendo oportunidades para una mejor planificación del desarrollo.
En el lado menos favorable, el descenso de la tasa de crecimiento plantea desafíos para el futuro. Una población que envejece más rápido implica mayores exigencias en salud pública, pensiones y productividad, mientras que una menor proporción de jóvenes podría reducir la dinámica del mercado laboral y del consumo interno.
El INEI advierte que hacia el año 2050, el Perú alcanzaría una población cercana a los 39,3 millones de habitantes, con una tasa de crecimiento anual que continuará disminuyendo, señal de que el país podría entrar en una etapa de estabilidad o incluso de decrecimiento poblacional hacia finales del siglo.
En síntesis, las cifras del INEI reflejan un país que ha crecido de manera sostenida, pero que se aproxima a un escenario de madurez demográfica. El reto estará en transformar esa estabilidad en oportunidades: garantizar calidad de vida, fomentar la productividad y planificar un desarrollo equilibrado que responda a las nuevas características de la sociedad peruana.