Jean de La Fontaine (08-07-1621 – 13-04-1695) es el francés más grande fabulador de la historia. Así tenemos de su autoría: La liebre y la tortuga, El cuervo y el zorro, El lobo y el cordero, El león y el ratón, La cigarra y la hormiga, etc. Pero, muy poco se difunde su producción inspirada en Giovanni Boccaccio (autor de El Decamerón) que tituló Cuentos y relatos en verso.
Cuentos y relatos en verso
También conocido como Cuentos libertinos, fue considerado libro prohibido por la iglesia católica hasta 1948, por su “contenido escandaloso” por glorificar la voluptuosidad femenina y el erotismo. Aquí un extracto de un cuento del libro:
La Venus Calipigia(1)
Hubo en la Grecia dos siracusanas,
que tenían un trasero portentoso;
y, por saber la cual de las hermanas
lo tenía más gentil, duro y carnoso,
desnudas se mostraron a un perito.
En honor de las dos un templo alzaron,
Con el nombre de: “Venus, nalga recia.”
No se que intención hubiera sido.
Mas fue ese templo de la Grecia
el que más devotos ha tenido.
(1). Diosa griega desnuda que muestra las nalgas, mirando hacia atrás.
El amor y la locura, basado en la fábula de La Fontaine
Cuenta la leyenda que se reunieron las cualidades de los seres humanos, y como estaban aburridos, a la Locura se le ocurrió jugar al escondite. El Entusiasmo aplaudió y la Duda no sabía qué hacer, la Alegría la acabó convenciendo al Desinterés. Cuando la Locura empezó a contar: ¡uno!, ¡dos!, ¡tres!… El Amor vio un precioso rosal y decidió esconderse entre las rosas. Pronto la Locura encontró a todos menos al Amor, la buscó por todos y con un palo empezó a mover las ramas del rosal. De pronto, oyó un grito de dolor cuando las espinas hirieron los ojos del Amor dejándolo ciego. Desde entonces, el Amor es ciego y la Locura su guía.
El amor es ciego, pero no de nacimiento
Marco Aurelio Denegrí dice que Cupido es el Dios del amor, o más bien, Dios del deseo amoroso porque el latín cupidus, significa deseoso. Es representado por un niño con los ojos vendados, un arco y un carcaj lleno de flechas. Explica que la ceguera de Cupido no es de nacimiento, sino que es a causa de un terrible altercado referidos por Jean de la Fontaine de la siguiente manera:
“Ocurrió que un día jugaban tranquilamente el Amor y la Locura y de pronto sobrevino un serio altercado, entre ambos. Para resolver la disputa, el Amor quería que se reuniese inmediatamente el Consejo de Dioses, pero la impaciente Locura le propinó un palazo en la cabeza al Amor. El palazo fue tan violento, que a causa de ello el amor quedó ciego. Venus, su madre clamó venganza, y Júpiter, Némesis y todos los Dioses estaba realmente sorprendidos. El daño irreparable se había producido y la sentencia inapelable del tribunal supremo fue condenar a la locura a servir de guía al amor. A servir de lazarillo permanente al amor, por todos los siglos de los siglos.”
Así el amor y la locura siempre van juntas
Así nació la conexión entre el amor y el desorden mental, desde entonces el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña. Sigmund Freud relacionó el amor con la locura al describir el enamoramiento como un estado de «psicosis transitoria«. En este estado, se idealiza al otro y el individuo se somete a él, llegando a perder el sentido de sí mismo.
Fuentes:
Wikipedia. http://wikipedia.org
Google Books. http://books.google.com Penguin Libros. http://www.penguinlibros.com