Un avión de la Policía Nacional del Perú despegó desde la base de la Fuerza Aérea en Tarapoto con dirección a Chiclayo, transportando los restos del suboficial Gustavo Chávez Acuña, que perdió la vida mientras realizaba labores de rescate en San José de Sisa. La aeronave aterrizó en la ciudad de la amistad, donde compañeros de la Unidad de Salvataje lo esperaban para rendirle un último homenaje.

Al llegar a la región Lambayeque, el féretro fue recibido con honores por los agentes de la misma unidad donde el suboficial Chávez trabajó durante varios años. Sus colegas formaron una fila de respeto y, con muestras visibles de dolor, realizaron el saludo protocolar antes de que el cuerpo fuera trasladado hacia el lugar donde aguardaban sus familiares.

La llegada estuvo marcada por un profundo sentimiento de unión y gratitud. Los integrantes de Salvataje lo esperaron vistiendo su uniforme completo, como muestra de reconocimiento a quien, aseguran, siempre destacó por su vocación de servicio. Señalaron que el suboficial disfrutaba plenamente su labor, pues salvar vidas era según ellos lo que más le apasionaba.

El trágico hecho que acabó con su vida ocurrió cuando acudió a rescatar a una pareja que había quedado atrapada en un islote del río Sisa, en la provincia El Dorado. Pese a su experiencia y compromiso, un infortunio lo sorprendió durante la operación, generando consternación en toda la institución policial.

Para sus compañeros de Lambayeque, la noticia aún es difícil de asimilar. Hace apenas cinco meses se despidió de ellos, con la esperanza de reencontrarse en cualquier momento, especialmente durante la temporada de verano, cuando solía ser convocado para prestar servicio en las playas de Pimentel. Hoy, lo recuerdan como un hombre ejemplar, dedicado y siempre dispuesto a arriesgarlo todo por salvar a otros. Por: Hugo Anteparra