Ciencia aplicada, restauración de ecosistemas y alerta firme frente a la minería ilegal marcan el balance del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana en un año decisivo para la región. VOCES dialogó con la Dra. Cármen Rosa García, presidenta del Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana (IIAP)
En su balance del 2025, la doctora, investigadora y representante del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), destacó que el año fue “muy, muy positivo” para la institución, al consolidar una base sólida tanto en el plano institucional, como en infraestructura, producción científica e innovación tecnológica al servicio de la Amazonía. Señaló que el IIAP mantiene su posición como el segundo instituto científico del Perú en producción científica, con más de 70 artículos publicados en Scopus, la mayor base bibliográfica científica del mundo.
Desde el enfoque productivo, resaltó la consolidación de cinco nuevos paquetes tecnológicos orientados a la Amazonía. Entre ellos, mencionó la doncella, que será distribuida por primera vez de manera gratuita al empresariado en Loreto en 2026; la carachama negra, que se entregará también gratuitamente en San Martín; la mota punteada, ya distribuida este año en una comunidad nativa de Madre de Dios, en la zona de Tambopata; y la lisa cuatro bandas, actualmente en proceso de investigación en Tingo María. Estos avances, subrayó, buscan fortalecer economías locales sostenibles basadas en ciencia.
En materia de restauración ambiental, la doctora informó que el IIAP cumplió la meta encargada por el Estado peruano de intervenir 2.000 hectáreas degradadas por incendios forestales, con acciones en Ucayali y San Martín, donde se dispersaron aproximadamente 5.000 esferas reforestadoras por hectárea. A ello se suman 250 hectáreas restauradas en Madre de Dios, afectadas por la minería aurífera aluvial, y el impulso de 80 emprendimientos económicos sostenibles como alternativas reales frente a actividades ilegales.

Por primera vez, el instituto realizó una evaluación integral de la calidad ambiental en los ecosistemas que rodean a Iquitos y Pucallpa, analizando metales pesados, incluidos mercurio y cadmio, así como microplásticos, y el impacto de la mala disposición de residuos domésticos sobre la diversidad íctica. Los estudios se desarrollaron en los ríos Itaya y Nanay, y en Yarinacocha y sectores del Ucayali frente a Pucallpa, información que servirá de base para la toma de decisiones del Ministerio del Ambiente (MINAM).
Este trabajo científico fue reconocido a nivel internacional: el IIAP recibió un reconocimiento mundial de la FAO por liderar el estudio de humedales y turberas en los trópicos amazónicos, un hito que posiciona al Perú en la agenda global de conservación. Además, durante el 2025 se logró la distribución de más de 2,8 millones de alevinos en regiones como San Martín, Ucayali, Huánuco (Tingo María), Amazonas (Santa María de Nieva), Madre de Dios y Loreto, llegando también, en menor escala, a Cusco y Puno.
Consultada sobre la minería ilegal en la Amazonía, la doctora explicó que el IIAP ha fortalecido su capacidad técnica para detectar contaminación mediante la adquisición de equipos de alta tecnología, como un espectrofotómetro de masa en la Selva Sur y un espectrofotómetro de absorción atómica en Loreto, herramientas clave para evidenciar la presencia de contaminantes derivados de esta actividad. Enfatizó que el rol del instituto es generar evidencia científica sólida que permita al MINAM y al Estado actuar con base técnica.
Frente a la preocupación por la minería ilegal en cabeceras de cuenca, especialmente en San Martín, la investigadora fue enfática al señalar que existe una posición firme del MINAM y del sector científico contra esta actividad, incluso cuando avanza sobre áreas naturales protegidas. Advirtió, no obstante, que decisiones políticas como la ampliación del REINFO reflejan una desconexión de parte del Congreso con la realidad amazónica, una situación que —dijo— empuja al país “hacia el despeñadero”.
Finalmente, abordó el desafío del ordenamiento territorial, indicando que el IIAP viene desarrollando inventarios bioculturales en áreas naturales protegidas, como el Alto Tigre, zonas cercanas a Santa María de Nieva, y que en 2026 se ingresará a los bosques nublados de Carpish (Huánuco), la Reserva de Biósfera Oxapampa–Yánesha y la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana. Aunque reconoció que el presupuesto es limitado, sostuvo que la información generada es de alta calidad y fundamental para que el Estado conozca las potencialidades, amenazas y diversidad de estos territorios.
Sobre San Martín, señaló que está planificado que en 2027 el IIAP intervenga al menos en una de sus áreas naturales protegidas, como parte de una estrategia de cobertura progresiva en toda la Amazonía. “La ciencia avanza paso a paso, pero con firmeza”, concluyó, expresando su deseo de que los próximos años traigan mejores decisiones y un futuro más justo para la Amazonía peruana.



