Con el corazón en la mano, padre del pequeño clama piedad y exige que la Policía, la Fiscalía y las Rondas Campesinas unan esfuerzos para encontrarlo y traerlo de regreso sano y salvo.
En Moyobamba, la angustia no da pausa. Desde el domingo 21 de diciembre, el pequeño Bryden Yaman Ramírez Córdoba, de apenas dos años de edad, permanece desaparecido, dejando a una familia y a toda una comunidad sumidas en la desesperación y la incertidumbre. El niño se extravió en el caserío El Naranjal, ubicado a unos 20 minutos de la ciudad, y desde entonces sus padres viven un calvario que se agrava con el paso de los días.
Con la voz quebrada, su padre, Sergio Ramírez García, relata que aquel día salió por unos minutos a la chacra para traer madera para su vivienda y dejó al pequeño al cuidado de su hermano mayor, de ocho años. La ausencia no duró más de media hora, pero al regresar, Bryden ya no estaba. “Hemos buscado por todo el bosque, quebradas y cerros, con más de 150 personas, durante tres días, y no hay ningún rastro”, lamenta.
La familia sostiene con firmeza que el niño no pudo internarse solo en el monte. “Si se hubiera perdido en el bosque, habríamos encontrado alguna huella, su ropa o algo. No hay nada. Yo estoy seguro de que alguien se lo llevó”, señala el padre, convencido de que el menor fue engañado con un juguete o un dulce. Bryden, cuenta, es un niño inteligente, que habla con normalidad, responde cuando lo llaman y disfruta jugar con carros, pero es también inocente y sin defensa.
El despliegue de búsqueda ha sido intenso: vecinos de otros caseríos, la Policía Nacional, los Bomberos y brigadas con drones han peinado la zona palmo a palmo, sin resultados. La falta de pistas alimenta el temor de que el niño haya sido trasladado fuera del lugar. Por ello, la familia cuestiona la ausencia de controles estrictos en carreteras y vehículos, especialmente aquel día en que hubo gran movimiento por actividades y celebraciones en la zona.
En medio del dolor, el clamor es directo y humano. La familia pide a la Policía, a la Fiscalía y a las Rondas Campesinas que unan esfuerzos, refuercen los operativos, realicen controles firmes y no descarten ninguna hipótesis. También apelan a la conciencia de la población. “A la persona que lo tenga, le pedimos piedad. Que lo acerque a la Fiscalía o a la Policía. Devuélvanlo, para que este sufrimiento termine”, implora su padre.
Su familia no pierde la fe y se aferra a la esperanza de volver a escucharlo decir “ya voy” cuando lo llaman a comer. Desde el caserío El Naranjal en Moyobamba, el pedido es uno solo y retumba con fuerza: devuelvan a Bryden, su familia lo espera en casa. Fuente: Radio Interactiva.



