Ha sido muy interesante la experiencia y vivencia casi mundial (sirve hasta como un “barómetro” mental de la sociedad) provocada por las declaraciones de la niña de la localidad de Sauce en nuestra región San Martín, en las que anunciaba en un programa periodístico muchas muertes para el día 21 de abril, pues ella decía que había soñado que se iba al cielo y Dios le decía que ese día iba a caer un humo maligno que mataría a todos aquellos que no estén en sus casas. Estas declaraciones no dejan de recordarnos la película “Los Diez Mandamientos” con Charlton Heston cuando el “angel de la muerte” asesina a todos los primogénitos de las casas que no tengan la sangre del cordero en sus puertas). No está demás decir que el “fatídico” día llegó y las calles estuvieron más desiertas que nunca, realmente paralizada toda la región, sin embargo, no sucedió lo anunciado.
Sin llegar a extremos de alabanza o condenación es interesante remarcar que –como pueblo de paz, que ha sido calificado el Perú- la población hizo gala de este espíritu tolerante y de Buena Voluntad y reflexión, volcándose a extraer las cosas positivas en vez de juzgar o burlarse de la pobre niña que seguramente dijo todo convencida y sin malas intenciones.
Una de estas cosas positivas fue que mucha gente expresaba que la niña (o más bien la creencia o superstición popular) había logrado lo que el gobierno no pudo: tener a TODOS en sus casas (pues no salieron ni a comprar fósforos). Otros decían: “a ver si nos miente otra vez para no contagiarnos” y reflexionaban sobre “cuantas vidas ha salvado esa niña” pues por miedo no salían y no contagiaban, etc.
Analizando las dos polaridades de esta experiencia colectiva podemos ver por un lado la necesidad de nuestra población de ir logrando niveles más importantes de RAZONAMIENTO y lógica pura. Ello me recuerda las expresiones del Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière hace casi setenta años:
“América Latina es ahora el epicentro donde se va a desarrollar la Nueva Era y sus representaciones manifestadas, y, sin embargo, es aquí donde se puede verificar el menor grado de razonamiento puro (debido quizá a la época de transición en que estamos)…”
“Nunca he visto división en las Agrupaciones de la India (país místico), nunca he visto tal cosa tampoco en Australia (país típicamente intelectualizado), la razón es muy sencilla: son comarcas realmente espirituales en el sentido en que hacen trabajar su Espíritu y no sus pasiones.”
Por su parte el sabio Milarepa decía hace siglos refiriéndose a la ignorancia de las masas: “Cuando alguien enuncia verdades, cosas útiles y sensatas, no encuentra discípulos, pero cuando un charlatán se pone a hablar de milagros descabellados, la masa lo sigue de inmediato.”
Esta excesiva polarización en la superstición e ignorancia intelectual, con poco nivel lógico-científico causa, por ejemplo, que Perú sea uno de los países con más contagios y muertes en América Latina.
Pero por otra parte el HUMO (símbolo de la ignorancia o el “Príncipe de las Tinieblas” del cristianismo) también está en la otra polaridad con los pueblos y personas excesivamente “intelectuales”, “escépticos”, “positivistas”, “racionalistas” etc. que por ello han llegado a una terrible decadencia o caída moral. A este respecto nos aporta el Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares dando la más sana CURA contra esta despolarización recordándonos el “justo medio” que también reconoció y enseñó Gautama:
“A la vez existe una tendencia en el ser humano, de exagerar o por el contrario de minimizar las cosas; es decir, SIEMPRE EL FANATISMO Y EL ESCEPTICISMO SON LOS ENEMIGOS DE LA VERDAD. Por ejemplo, puede existir plenamente la consagración, y no requiere fanatismo o escepticismo, porque el escepticismo cierra los ojos de nuestra alma de nuestra receptividad, cierra nuestra intuición; pero a la vez lo contrario, que es el fanatismo, nos cierra a la lógica, a la investigación, a la aplicación de las cosas con un sentido verdadero.”
Por lo tanto, pienso con estos ilustres sabios que el problema NO SE TRATA de creer o no creer sino de PENSAR pues creer o no son dos salidas fáciles que nos evitan el trabajo de pensar (el conocido obstáculo de la INACTIVIDAD y pereza) y para ello, necesitamos aplicar cada vez más y mejor en nuestras colectividades (las que tienden a la ignorancia supersticiosa o a la ignorancia por exceso de lógica) herramientas como la DIALÉCTICA en su vertiente más moderna, es decir, según el concepto que proponen los sabios antes mencionados (ver: www.magnanet.org) y que incluye 1) La MATESIS (síntesis viviente); asimismo 2) La EPISTEMOLOGÍA DE LA VIDA (Análisis de todos los factores que generan un pensamiento o una vida) 3) Las INVESTIGACIÓNES VERDADERAS propias de la CIENCIA VERDADERA (ver: www.fissnet.org) es decir, liberada de cualquier postura anticientífica como por ejemplo la actitud APRIORÍSTICA “oficialista” de negar las cosas antes de haberlas comprendido con una mentalidad fanática (pues el fanatismo existe tanto entre científicos como entre religiosos), en fin –sin terminar de enumerar todos los aportes- podría recomendar el fomento AMPLIO del DIÁLOGO en todas las instancias sociales PERO entre personas que tengan como REQUISITO MÍNIMO un básico y correcto manejo de la LÓGICA aristotélica con sus conceptos de falacias (“Ad hominem”, “generalización apresurada”, “ad ignorantiam”, etc.).
Para ello tenemos Instituciones como la Fundación Magna Fraternitas Universalis, Institución Cultural Mundial.