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lunes, mayo 12, 2025
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A través de tus ojos veo mis autores

Se alistaba para las vacaciones. Era el lugar que más quería visitar, un sitio donde podría encontrarse solo. Estaba hastiado de la ciudad, una ciudad llena de escándalos, de robos, de asaltos, bullicios de todo tipo, de la contaminación sonora de todos los días de las unidades vehiculares.

-Tú crees que el cementerio es el lugar donde puedes ir a pasar tus vacaciones –le decía Octavia, la mujer de Arturo.

-¿Y tú crees que la ciudad donde estamos viviendo, nos trae gozo y paz?

-¿Qué piensas hacer durante tanto tiempo en el cementerio, Arturo?

-En los cementerios debes decir, porque son varios cementerios, en diferentes ciudades y en diferentes países que debo visitar. Debo visitar la tumba de Cervantes, la tumba de William Shekespeare, la tumba de Vallejo, la tumba de Víctor Hugo, la tumba de Alejandro Dumas, la tumba de Máximo Gorki; la tumba de Fedor Tostoyesvki; la tumba de Antón Chéjov…

-¡Ya basta! ¡Basta! ¡Basta! Arturo con tus tumbas, no ves que la ciudad te necesita, el pueblo te necesita, ¿por qué vamos a dejarlos todo en manos de los políticos para que ellos decidan todo? ¿No te das cuenta de los negociazos hoy en día en los municipios? Ahora les toca a los escritores dirigir las cosas públicas, ya no a los políticos que tanto daño le hacen a la sociedad.

Arturo, estaba absorbido en otras cosas. No asimilaba el olfato político de su mujer. Después de estar en apuro desesperado, se detiene, como quien tranquilizar la sangre en su cerebro. Se sosiega, y tranquiliza a su mujer Octavia, le agarra las manos, le acaricia la faz de su cara salpicada con algunas arruguitas. Maniobra sus dedos en una de sus arrugas, luego los labios empalidecidos de la mujer son absorbidos por los labios secos de su marido. Se sintieron por igual, abre los ojos Arturo. Reacciona.

-¡No! ¡No puede ser lo que estoy viendo!

-¿Qué estás viendo mi amor?

-¡No! ¡No es a ti la que te estoy viendo!

-¿A quién pues le estás viendo mi amor?

-Perdóname Octavia, veía en tus ojos, no…. mejor no…

-Por favor, ¿A quién veías en mis ojos, Arturo?

-Veía a la adolescente que fuiste cuando te conocí, y que tanto fue tu atracción que quedé prendado de ti.

-(Con dolor y nostalgia) ¿Osea ya no me quieres como antes, Arturo?

-Te sigo queriendo mujer, pero tengo otros proyectos más por las cuales estoy, igual o más enamorado.

-(Ahora con rabia) ¡Seguro te cruzaste con una adolescente!

Arturo no le daba importancia a la rabia de su mujer, más bien le aclara otras cosas más que veía en sus ojos. Le dice:

-Además, a través de tus ojos veía la tumba de mis autores favoritos.

-¡Maldición!

-Incluso llegué a conversar con uno de ellos, con Cervantes, tan fresquita está sus palabras que me decían: “si volviera a resucitar como Lázaro, volviera a escribir Don Quijote de la Mancha, en su versión moderna”.

-¡Maldición! ¡Basta Arturo, qué tienes en tu cabeza!

Arturo continuaba:

-Por ejemplo, -me decía Cervantes-, mantendría la aventura del Quijote, le quitaría sus locuras, y le añadiría mucha sabiduría y bastante astucia; le mantendría a Rocinante, pero no un Rocinante acémila, sino un Rocinante humano y detectivesco; le conservaría a su fiel compañera Dulcinea, pero no una Dulcinea ingenua y ficticia, sino una compañera real y agradable de encanto al mismo tiempo.

Arturo ensayaba estos pormenores sobre uno de sus autores favoritos. El mismo ensayo tenía sobre sus demás autores, que para Octavia, le parecía fuera ya de todo lo normal. Ella ansiaba volver a vivir un pasado lleno de felicidad, cuando Arturo, era gerente de una de las grandes y mejores empresas de la ciudad, hasta que un día esto se vino a la quiebra. Dicen las malas lenguas, porque desde entonces, ya pensaba rescatar a sus autores favoritos, y empezó a abandonar todos los proyectos de la empresa, todas las exportaciones que hacían al extranjero y al mismo tiempo descuidaba el pago de sus empleados.

-¡Ay Dios mío mi querido Arturo, a qué situación has llegado!
¡Mataste mi juventud!
¡Mataste mi virginidad!
¡Mataste mi futuro!
¡Mataste el proyecto de nuestros hijos, como mataste el proyecto de la empresa que gerenciaste!

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