Hace algunas décadas atrás, el Estado ha dispuesto elaborar el mapa de clasificación de los suelos según su capacidad mayor, así como determinar las zonas de vida en el territorio. En buena cuenta, estos dos instrumentos son mapas que determinan la ruta de vuelo de la agricultura, tan importante como el mapa del piloto que emprende vuelo. Estos instrumentos permiten conocer a los seres humanos interesados en realizar actividades relacionadas a la agricultura, geología, minería, hidrología, hidrocarburos. Con la clasificación de suelos según su capacidad de uso mayor, se conoce las áreas naturales que serían empleadas en la agricultura para cultivos bajo riego (Arroz, frijol, plátano, yuca), es decir para cultivos alimenticios. Las áreas que serían utilizadas para cultivos permanentes (Café, cacao, palma aceitera, sacha inchi), es decir para cultivos industriales que generan economía al productor. Las áreas para la producción de pastos para la ganadería extensiva, es decir, grandes pastizales. Las áreas que serían empleadas en la producción forestal, es decir, los bosques donde se desarrollaría la actividad forestal, extrayendo los recursos forestales regalados por la naturaleza y manejar enriqueciéndoles para su aprovechamiento sostenible. Las áreas para protección, es decir, las que nunca deberían ser tocadas ni con el pétalo de una flor, porque son áreas de reserva natural donde no se pueden desarrollar las otras actividades y son los espacios donde la naturaleza necesita seguir evolucionando en sus componentes: suelo, plantas, animales, microorganismos, agua.
La pregunta del niño: ¿Personas mayores, están cumpliendo estas disposiciones técnicas? Con el rostro sonrojado de vergüenza ajena, la respuesta es lamentablemente negativa.
El cumplimiento exige planificación. ¿Existe otro asentamiento planificado además del proyecto Tingo María Tocache Campanilla? La respuesta sigue siendo negativa. Entonces ¿Cómo se ha desarrollado la agricultura en la totalidad de áreas para cultivos anuales, cultivos permanentes, para pasturas, incluso un alto porcentaje para actividades forestales? De manera desordenada. La agricultura actual tiene este calificativo porque nadie sabe el número de parcelas productivas en el territorio regional y nacional. Tampoco nadie sabe el número de personas dedicadas a la agricultura. Ésta actividad ha sido siempre considerada en el tiempo transcurrido próximo, como del último nivel, desarrollada por personas de limitados recursos económicos y de escasos grados de instrucción. Por tanto, la agricultura ha sido considerada como el patito feo de la economía y de la sociedad.
Empero, los productos de la agricultura llenan los mercados de pobres y ricos. Satisfacen el hambre de toda la población. Generan un alto porcentaje de divisas del país. Es la principal actividad de la mayoría de pobladores. Ha generado economías familiares significativas.
La leche está derramada y hay que reparar el siniestro. Todas las parcelas productivas deben estar tituladas y monitoreadas en tiempo real vía satélite. Los recursos naturales de las parcelas tituladas deben seguir siendo del Estado. Desterrar la idea que el propietario de la parcela es dueño y hace lo que se le viene en gana: Desboscar hasta la misma orilla de la quebrada sin dejar faja marginal. No conservar el suelo de la parcela por no hacer ninguna actividad de conservación como barreras vivas, barreras muertas, terrazas con piedras o con palos secos. Talar el bosque familiar en vez de enriquecerlo con especies medicinales, palmeras, maderas. Contaminar el agua de la quebrada con insecticidas químicos y con desperdicios inorgánicos. Quemar todo en vez de compostar para generar su propio abono. El propietario de una parcela tiene la obligación de cumplir normas claras de su buen manejo, porque conservando el suelo le va permitir seguir produciendo sus cultivos, que le conviene a él, a su familia y a la comunidad en general. Etc. Definir una autoridad agraria nacional única descentralizada, que además de realizar el monitoreo en tiempo real, autorice la realización de chacras en bosques secundarios, porque los bosques primarios no deben ser tocados para nada. Todas las parcelas deben estar ligadas a extensionistas, en todo el país, a efectos del buen uso de los recursos y de recibir el asesoramiento permanente: en la producción, con apoyo crediticio; en la poscosecha y la comercialización. Así, una agricultura desordenada se convertiría en una agricultura moderna, eficiente y sostenible.