26.8 C
Tarapoto
sábado, mayo 24, 2025
spot_img

Aguirre, la ira de Díos

Hace muchos años mi padre contaba sobre un evento sin precedentes en la historia de Chazuta que, incluso en estos tiempos, es charla obligada en las reuniones de los chazutinos que vivieron esa época (1972) y recuerdan con emoción este suceso, combinando historias con anécdotas sobre este acontecimiento: la filmación de la película “Aguirre, la ira de Dios”. La película del director alemán Werner Herzog es del género de aventura y fue protagonizada por el famoso actor alemán Klaus Kinski quien también protagonizó otras películas de Herzog como “Nosferatu” y la genial “Fitzcarraldo”, pero fue la actriz mexicana Helena Rojo quien despertó pasiones en los chazutinos, quienes buscaban cualquier pretexto para visitar el campamento del equipo y admirarla.

Los pormenores accidentados del proyecto y su filmación continúan causando polémica entre cineastas, generando grupos de debate y tesis sobre la historia del arte y el cine. Amigos cercanos a Herzog señalan que la idea se le ocurrió después de revisar una página sobre la historia de Lope de Aguirre. Entonces comenzó a imaginar la historia y perfilar a sus personajes, siguiendo algunas pautas biográficas. Herzog no pretendía hacer un relato histórico o documental sobre la travesía española y la rebelión de Lope de Aguirre: quería filmar una película comercial que contrastara con sus anteriores puestas en escena y, para variar, llegue a un público masivo y genere mayores ganancias. Comparado con las producciones actuales la inversión fue irrisoria, contaba con un presupuesto de U$S 370.000 dólares americanos y solo el protagonista se llevó aproximadamente U$S 123.333.

El argumento se basa en los relatos de Gaspar de Carvajal quien no fue parte del viaje pero aparece en esta historia que describe los sucesos ocurridos en el año 1560, donde un grupo de conquistadores españoles dirigidos por Gonzalo Pizarro viajan por la selva peruana en busca de El Dorado, reino mítico abundante en oro y riquezas. La empresa se complica y deciden que un grupo de hombres continúen el viaje en balsa para explorar la zona. Se elige para esta misión a don Pedro de Urzúa como comandante de la expedición, a Lope de Aguirre como segundo al mando y al hermano Gaspar de Carvajal para difundir la palabra de Dios. La consigna era: “si no regresan en una semana serían considerados muertos”. Desde el principio, la historia nos sumerge en un ambiente de caos y angustia donde la tragedia ronda cada una de las escenas.

La película fue financiada con préstamos familiares y apoyo de la televisión alemana. Nadie más apoyo este proyecto; incluso la cámara era robada de la escuela de Cine de Múnich porque no se la prestaron. En varias ocasiones los actores y el mismo director quisieron mandar al diablo el proyecto, pero continuaron a pesar de lo precaria de la situación: filmaban casi espontáneamente sin planificar las escenas, vivían en las balsas, se hundió su campamento en el río Huallaga, Herzog y Kinski discutían todos los días y además, contrataron remeros (bogas) de la zona que cuando se emborrachaban no sabían por dónde guiar las balsas. El proceso de filmación fue casi tan terrible como la expedición de Aguirre.

Según la revista TIME “Aguirre, la ira de Dios” se encuentra entre las cien mejores películas de la historia y es considerada una obra maestra. No es sorprendente que más de 40 años después se siga comentando y analizando la película.

Ing. William Boris Gallegos Mendoza (A.N.G. Comunicando Bosque y Cultura)

Artículos relacionados

Mantente conectado

34,638FansMe gusta
444SeguidoresSeguir
1,851SeguidoresSeguir

ÚLTIMOS ARTÍCULOS