No era mi primera vez, pero como si lo fuera, los nervios aún permanecían. Siempre pensé que para lograr el éxito se tiene que empezar por transmitir enseñanzas a otras personas, irónicamente esa mañana conocía a pequeños con pasos de gigantes, que esperaban ansiosos conocer este mundo.
Hoy dedico este artículo, a ustedes, quienes formaron parte del curso de Periodismo 2015.
Aparecieron tímidamente por la puerta cuatro mujercitas, hermosas, escondían en su mirada ganas de hablar como loras, sin embargo, sus palabras eran limitadas. La clase empezó y como punto de partida hablamos de la comunicación, en todas sus formas. Posterior a ese día el grupo se completó y son con los que hoy clausuro.
En la etapa profesional en la que me encontraba situada, pensaba que el periodismo estaba deteriorándose en la región, pero algo sucedió, me sorprendí con las respuestas a una pregunta formulada ¿Por qué quieren estudiar periodismo?: “Porque es la mejor profesión del mundo” “Para ayudar a las personas” “Para comunicar a todo el mundo lo que sucede” “Porque es el medio más poderoso del mundo” “Es un mundo fascinante”; me quedé mirándoles minuciosamente, con un brillo en los ojos, una sonrisa liviana en el rostro y entre pensamientos, no lograba entender cómo niños describían al periodismo y recordé que era el mismo sentimiento que afloré cuando decidí entrar en este mundo, momento en el cual mostraba mi inocencia y mi entusiasmo de la mano.
Desde ese día las cosas cambiaron, tenía la responsabilidad de enseñar y además de seguir apasionando a mis pequeños con pasos de gigantes. Las clases se tornaron amenas, el aprendizaje iba de la mano y el entusiasmo salía a flote.
Mi grupo fue único, la más pequeña, Brendita, se convirtió en el alma del grupo, siempre con sus ocurrencias, como una chiquivieja, hablaba con la experiencia que aún no había adquirido de la vida, es una estrella en el arte de escribir y hablar; Cristina, mi futura modelo, nos deleitaba con el desenvolvimiento escénico para las fotografías, no había una clase en la que no se tomará fotos, tiene la habilidad de poder entrevistar y si le pones cámara, ella es un boom; Zaira, fue una especie de vitrina para los niños, con su talento y experiencia como conductora de televisión, hacía que mis niños vieran próximo a ellos a alguien del mundo televisivo; Jazmine, apareció como la más tímida, podía percibir su nerviosismo, pero conocí de ella la facilidad para escribir contando cada detalle, sí que tiene muy buena memoria y cuando se anima a salir en cámaras, se expresa con facilidad; Ximena, fue la más risueña del grupo, aunque se ausentaba con frecuencia, cuando la teníamos en clase se la sentía parte de nosotros, decía que no quería hablar, pero cuando tenía la cámara al frente, era una experta conductora; Safir, va ser un excelente reportero de calle, siempre sabe cómo recopilar información, practicaba con nosotros preguntando cada detalle de cada situación, al principio no se comunicaba mucho, pero ahora que terminamos el curso, es el más conversador; Madhu, se convirtió en una experta fotógrafa, entendió que no es la cámara, sino la pasión con la que se pone a las cosas que se hace; Marco y Christian en un momento fueron mi dolor de cabeza, los que no podían estar quietos en clase, ahora son promotores de actividades, portadores de ideas, fueron los reyes de la clase; y por último Joselyn, la última en incorporarse, talentosa, cariñosa como ninguna, fotogénica y con ganas de aprender.
Todo este grupo al que dedico estás líneas, en dos meses, lograron escribir con amor: crónicas, reportajes, artículos, notas informativas, se volvieron expertos entrevistando, generaron habilidad para hablar frente a cámaras. Saben que no es la computadora, el lápiz, la cámara lo que vuelve el mejor a un periodista, sino el amor y la pasión con las que realiza su labor.
“Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. (Ryszard Kapu ci ski)”
Gracias a la Municipalidad Provincial de San Martín, a mis entrañables amigos y seguidores de la columna, Sergio Chu Chong, Victor Rojas y Luchito Murrieta, siempre guapos, con una sonrisa y amabilidad inigualable. Gracias a mi inseparable Hugo Anteparra, quien aportó su valiosa experiencia periodística, tu labor es aplaudible… A ustedes un beso Con aroma a café.
Gracias mis pequeños con pasos de gigantes, sólo les digo hasta pronto, me voy con una lección, de seguir amando lo que hago, porque es la única manera de ser feliz y hacer feliz, sólo con “Alma, corazón y vida”….