Dicen que cuando alguien quiere atentar contra la vida de una persona lo hace sin necesidad de amenazas; sin embargo, el temor se presenta en las personas que han recibido algún mensaje que atentaría contra su integridad.
En San Martín, se han conocido casos de asesinatos que en muchos casos no se esclarecieron y que incluso hubo detención de presuntos implicados que por falta de una buena acusación fiscal o pruebas han salido libres meses después.
Las autoridades deben prestar atención a esta intimidación que, de por si ya perturba la tranquilidad de todo el grupo familiar y amical de la persona amenazada.
Pero, conocer hechos como el cobro de coimas por parte de un efectivo policial pone en tela de juicio la confianza a las autoridades que deben velar por la tranquilidad de la ciudadanía.
Si bien es cierto, no podemos meter a todos los efectivos policiales en el mismo saco, ya el Ministerio Público y el Poder Judicial debe sancionar con todas de la ley estos hechos.
Un asesinato sin esclarecer, es otra muestra de desconfianza con el sector que imparte justicia en nuestro país, porque la familia, sobre todo se siente desprotegida, pues justicia que tarda, no es justicia.
Mucho ojo a las amenazas, y especial cuidado a estos hechos, reitero que conocimos situaciones que no se aclararon y eso es lo más devastador.
Sabemos también de las necesidades de la Policía, de una unidad de criminalística en San Martín, pues las pruebas suelen perderse en el camino o llegan en mal estado, lo que agobia a las víctimas y familiares.
Prevenir más muertes sería lo ideal, más aún cuando la amenaza ha sido hecha.