Muchas mujeres mueren porque el anillo les encaje perfecto. Tenerlo es su mayor deseo, no importa cuánto tengan que esperar por obtenerlo, pero ahí están ilusionadas por el bendito anillo. Y así pasan la vida esperando, a veces lo llegan a tener, otras lo pierden, en el mejor de los casos tienen más de uno o quizás nunca lo lleguen a recibir.
“No me digas solterona” y no te lo estoy pidiendo, sino que anoche al ver la película dirigida por Ani Alva Helfer junto a mi madre, me sentí identificada por episodios en los que la protagonista soñaba por decir “sí, acepto”, momentos tan eternos en los que se quedaba con las ganas y el anillo nunca aparecía.
Durante toda nuestra vida soñamos con el príncipe azul que viene en caballo blanco a rescatarnos y “vivir juntos por siempre”, pues todo eso es falso, más falso que los labios de Susy Días o la nariz de Cristhian Domínguez.
Me quedé pegada en todas las escenas que la protagonista insistía una y otra vez buscando el hombre indicado para casarse y siempre termina estampada contra la pared. En medio de toda esa crisis, termina por darse cuenta que no debe buscar a alguien para que la ame, porque eso simplemente llega y cuando llega, te agarra y no te suelta.
El problema de muchas mujeres es que perdemos el tiempo buscando tener el anillo soñado y esperando por el príncipe encantado y terminan perdiendo el tiempo con renacuajos saltarines y babosos, que más de una vez nos han hecho resbalar y caernos, y eso, sí que dolió.
Creemos equivocadamente que mientras más sufrido es el amor, más profundo es. El mantener una relación con un amor no correspondido trae consigo stress, sufrimiento y una inversión gigante de tiempo, agotamiento mental y una montaña de frustración. Si la energía invertida no es mutua, no puede existir una relación y créanme que en esa situación no están perdiendo al “príncipe encantado”, se están librando de renacuajos.
Es bueno empezar a amarse uno mismo para poder ser feliz, esto atrae todo lo bueno, porque la dignidad se queda firme y la autoestima nos da la belleza suficiente para conseguir todos los sueños.
Mírense al espejo y piensen: no me siento como un pedazo de basura solo porque fulano es un “reverendo inmaduro-egoísta, el tipo más idiota con el que me crucé en la vida”, sino porque yo agarre su mano y me fui por el camino equivocado. Después de esa catarsis, ponte regia, ámate y deja al pobre diablo que te está haciendo perder el tiempo. No esperes anillos, espera ser feliz.
Pero antes de todo, ten cuidado del terreno minado en el campo del amor y aquí te dejo una lista de los que debes poner en la lista negra de hombres tóxicos:
1. EL CASADO: Quiere una relación caleta contigo, porque él ya tiene a su mujer en casa y no la dejará. ¡GRÁBATELO!
2. EL CASADO-SEPARADO: Este pata está más casado que antes de “separarse”. Miente y mete floro que hasta él se lo cree.
3. EL QUE TIENE NOVIA: No la va a dejar por ti y punto.
4. EL ETERNO AMIGO: Mucho cuidado, este hombre se aprovecha de la baba que se te cae por él, cuando tiene claro que jamás serás ni un agarre, es decir, te utiliza para subir su estúpido ego.
La lista es larga y no vale tirarse de un barranco, porque hay opciones realmente interesantes fuera de este menú, hombres más machos que el delicado Kent que toma sol en la piscina junto a la Barbie porque para variar es mantenido.
Así que amigas: “Nunca confíen en un hombre que siempre lleva la camisa bien planchada, porque ese huevón o es casado o todavía vive con su mamá “
Por eso y por mucho más, no seas tonta y aprende a quererte por sobre todas las cosas. El anillo debe encajar bien en la vida que decidas vivir, no en tu dedo, no en un amor, no en una boda.
Decide ser feliz, sino hay anillo y quieres tenerlo, cómprate uno y listo, pero ¡ojo! que encaje bien….