Todos los niveles de gobierno podrían terminar con éxito sus gestiones si verdaderamente lo quisieran. Casi siempre eso no ocurre porque no han tenido la capacidad, inteligencia, carácter y perspicacia para designar a la gente de sus entornos. Terminan nombrando a personas de repente sí brillantes en lo que hacen pero que sus desempeños no trascienden mucho más allá de cumplir con los manuales, directivas y procedimientos….¡y eso!
Esta es una debilidad del gobierno de Vizcarra, por ejemplo, que no pareciera tener horizontes claros: el tener un estado criminal y delincuencial que ya llegó a su límite aterra a la sociedad. Tal vez sea porque está más preocupado en que no se derriben su gobierno como son los deseos de Fernando Rospigliosi Capurro (ultraizquierda incendiario y ahora convertido en un pobre y triste bombero), Mariela Malbi (hábil desinformadora) y Aldo Mariátegui (especialista en destruir honras y ningún otro ´mérito´), por citar a algunos. Si sigue así vamos a tener una nueva frustración, que pareciera ser nuestro sino, lo que hace que se patentice aquel chiste que nos dice en la cara que el maravilloso país que tenemos está lleno de cojudos. Algo que acabo de leer expresado, en otros términos, por José Mujica, ex presidente de Uruguay.
A los gobernantes y funcionarios les pido que no se llenen de soberbia, porque son solo cuatro añitos de gloria. Apunten a superar las brechas en los temas de infraestructura, de educación, de salud, y saberse rodear de la gente realmente idónea. Algo gracioso: se comentaba que un gobernador anterior citaba a sus gerentes y directores de las unidades ejecutoras para que se reúnan con él ¡a las 5.30 de la madrugada! ¿Dónde están los resultados?…..
Los gobernantes deben rodearse de funcionarios que tengan visión, que sepan crear climas y culturas organizacionales armoniosas, porque el personal que se tiene es el soporte más importante de cualquier gestión, porque si no se tiene en cuenta esto, los colaboradores harán todo lo posible por hacer que las cosas no funcionen y terminarán haciéndole creer a los ´números unos´ que las cosas están yendo bien y, al final de cuentas, las gestiones resultan ser más de lo mismo. Por mi vasta experiencia puedo dar fe que he visto cómo se sabotean las gestiones cuando quien llega no sabe hacer química con la gente; y como siempre ocurre, cuando se dan cuenta ya es muy tarde. Pongan en práctica sus documentos de gestión.
Debemos confiar en las actuales autoridades. Avizoro señales y aquí es donde debe primar el compromiso. Confío en Bogarin y en Tedy del Águila Gronerh. En estos cuatro años podemos hacer esa revolución que estamos esperando y para eso tenemos que romper esquemas, manejar el excesivo control, eliminar la desconfianza, el creerse la última chupada del mango, y que la dictadura de los procedimientos no impida que hagamos las cosas. ¡Y que las oficinas de comunicaciones funcionen!!! El querer ser más papistas que el papa no nos llevará a ninguna parte, a no ser a salir “limpio” y liberado del riesgo de tener procedimientos administrativos disciplinarios, ¿un indicador de la mediocridad? ¡Cuidado con esos funcionarios que se dedican a amenazar al personal y empapelarlos con memorándums!
La Dirección Regional de Agricultura está diseñando una estrategia. Ya ha cumplido con realizar las actividades para el cierre de brechas y mejorar la gestión dentro del Sistema de Control Interno y fue la unidad ejecutora que asumió este compromiso con seriedad y compromiso. Hacer la revolución es posible. No solo basta creer en ello, sino meterse con zapatos y todo. Pero no sean mensos: contesten las llamadas a sus celulares, porque “arrieros somos y….”. (Comunicando Bosque y Cultura).