Escribe: Asociación de Contribuyentes del Perú
El ministro de economía y varios directores del MEF deberían dar un paso al costado por la mediocridad con la que gestionan el país y el daño que le hacen al sector privado formal.
En unas recientes declaraciones, el ministro de economía, José Arista, afirmó que la presidente Dina Boluarte, “es enemiga de poner controles, controles a la tasa de interés, regulaciones a la repatriación de capitales. Ella prefiere el libre mercado porque es la única forma de garantizar la confianza a los inversionistas del resto del mundo para que vengan a invertir en el Perú”.
Lo que no dijo el ministro es que, a través de la Dirección de Política de Ingresos Públicos, dirigida por el señor Marco Camacho, y la SUNAT, lo único que está haciendo en los últimos dos años es exprimir a los formales, sin importar su tamaño, grandes contribuyentes, medianos, pequeños, a todos los quiere exprimir.
Incrementos en impuestos y mayores cargas burocráticas como el impuesto Netflix, los nuevos perfiles de cumplimiento, la restricción del uso fiscal, la inflexibilidad para dar algunos plazos a ciertos sectores que ahora pagarán un nuevo impuesto selectivo al consumo, entre otros varios elementos, destruyen a las empresas que deberían ser el motor de ese crecimiento y solo buscan cubrir las espaldas de un estado lleno de planillas, gasto corriente, empresas estatales quebradas y políticos poco idóneos sobreviviendo en complicidad mercantilista con algunas bancadas del Congreso de la República.
Lo que no dijo tampoco es que sus números sumamente optimistas son en realidad el resultado de la actividad privada. Según Camila Costa, directora de la Asociación de Contribuyentes, “si hacemos zoom al crecimiento peruano vemos que los motores del tibio crecimiento peruano en 2024 la actividad minera, la agropecuaria y la manufactura y no por las acciones para “incentivar” inversión privada por parte del MEF”.
Arista también se echó flores por la estabilidad del tipo de cambio y la baja inflación como puntos referentes de la economía peruana. Lo que no dijo es que esta estabilidad se da gracias a la acción autónoma del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) a través del control de la inflación, la estabilidad cambiaria, la acumulación de reservas internacionales y la gestión de la tasa de referencia.
Si el Perú realmente aspira a tasas de crecimiento superiores al 5%, es imperativo que el MEF revise sus políticas fiscales. Pero no lo hará. Este es un MEF decorativo y sobreviviente. La estabilidad macroeconómica es solo uno de los pilares del desarrollo; el otro, igual de crucial, es un entorno empresarial dinámico y libre de cargas innecesarias. Nuestros funcionarios siguen haciendo que la formalidad sea un problema sin solución, alimentando así la informalidad y la ilegalidad, la inestabilidad y la mediocridad en nuestro país.