Diversos líderes de la sociedad civil, incluso sus contendores políticos y la propia población recibió con piedad y consternación la triste noticia de la prisión preventiva del alcalde Renán Saavedra Sandoval, la mañana de ayer en el penal Santo Toribio de Mogrovejo de la ciudad de Tarapoto.
El triste final de ayer, del caso Renán Saavedra, cuando todo el mundo creía que iba a generar una suerte de fiesta desbordante en sus rivales políticos al tenerle literalmente fuera de la escena política, ha tomado otro giro y más bien, ha movido la sensibilidad humana de la gente de esta parte de la región, que no dejó de comentar sus muestras de solidaridad con el burgomaestre juanjuino.
“Es una dura tragedia que no deseamos le ocurra a nadie, ni tampoco podemos reírnos por la desgracia de nuestro prójimo, más aun tratándose de la familia de Renán y su anciana madre que está sufriendo por este inmenso dolor de tener a su hijo en la cárcel”.
Así se resume el comentario común vertido ayer por un gran sector de la población durante las emisiones de los programas periodísticos radiales y televisivos de Juanjuí.
Paulo Pinchi Tafur asume alcaldía de Juanjuí.
Tras el internamiento del burgomaestre, Saavedra Sandoval, el primer regidor, Prof. Paulo Santiago Pinchi Tafur, asumió interinamente la conducción de la Municipalidad Provincial de Mariscal Cáceres, mientras se defina su situación legal.
Madre de alcalde sufrió desmayo
Quien sin duda la pasa mal, por lo ocurrido Renán Saavedra Sandoval, es su anciana madre Rosa Ofelia Sandoval Riva de 75 años, que la mañana de ayer sufrió un fuerte impacto emocional que lo ocasionó un severo desmayo tras enterarse el triste final legal de su hijo.
A las 10 de la mañana la progenitora de la primera autoridad local y de avanzada edad, estaba aparentemente serena, cuando inesperadamente se desvaneció en su casa del centro poblado La Merced.
Fue trasladada a un centro hospitalario, donde continúa tratando de superar el mal momento que le toca atravesar, en tanto, son muchas las personas de Juanjuí, que se han unido a su dolor y acuden a consolarla.
Con el rostro abatido lleno de lágrimas que expresa su profunda melancolía no cesa en recordar las bondades y el amor que siente por su hijo y pide que sea Dios quien haga su real justicia.