31.8 C
Tarapoto
viernes, junio 20, 2025
spot_img

Arrugadito y Hediondo ¡Una delicia!

La curiosidad me mataba, por eso decidí hacerlo. Siempre he pensado que es excitante tener nuevas experiencias y ésta era una de ellas. Cuanto más me acercaba, más me horrorizaba el olor que destilaba ¿Debía aguantar todo eso?

Era redondito, un poco arrugado, sin forma y no se quedaba quieto en mis manos. Estaba caliente y me hacía sudar mucho. Traté de que mi boca succione todo su líquido para poder pelarlo, y listo, pude disfrutarlo sin interrupciones.

Desde niña he sido meticulosa con lo que comía, pero siempre me aventuraba a probar cosas nuevas, algunas me gustaban volviéndose mis favoritas y otras simplemente se quedaban en la lista de lo prohibido y nunca más las volvía a comer.

En esta oportunidad estaba sentada frente a algo que les da repugnancia a muchos, pero que encanta a otros. Recuerdo que mi mamá me comentaba que mi abuelita se escondía para comer uno tras otro, era sorprendida por el olor que emanaba y la encontraban en algún rincón de la casa.

Cuando el día esperado para saciar mi antojo llegó, aguanté el olor lo más que pude, solo me quedaba sonreír y esperar. La mesa estaba servida y lo que iba a probar me daba temor. Él me daba aliento y me decía que todo estaba bien y que una vez que lo probara, sería de mi agrado.

Hasta que por fin lo metí en la boca, traté de identificar su sabor y no podía, seguí con el segundo, el tercero y el cuarto, hasta que el olor que en un principio era repugnante, desapareció. El huevo cada vez se volvía más sabroso, sin pensarlo en menos de 10 minutos había devorado 10 huevos con un pedazo de plátano.

Todos en la mesa respiraron con alivio y yo me sorprendí de lo que había hecho, pero agradecí los manjares que mi selva ofrece, y sin duda el huevo de charapa era uno de ellos.

Los “huevos de charapa” nacen de las taricayas o tortugas acuáticas que viven en las orillas de los ríos y son considerados por muchos como “el manjar de los dioses”. Es por eso que las ganas por probarlos, me invadían hace años. Yo cumplí con mi antojo y me gustó.

Arrugadito y hediondo ¡Una delicia! … Una y mil veces más volvería a repetir esa experiencia. Por favor, un huevo de charapa más y puedo morir en paz…

Artículos relacionados

Mantente conectado

34,678FansMe gusta
453SeguidoresSeguir
1,851SeguidoresSeguir

ÚLTIMOS ARTÍCULOS