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miércoles, mayo 14, 2025
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Avance de la delincuencia

Este panorama delincuencial ya es generalizado, como si estaría en el último grado tres. Claro pues, si las actividades delincuenciales se dan inicio en las más altas esferas gubernamentales, con presidentes nacionales totalmente cuestionados, con ministros de Estado metidos en actos delictivos, funcionarios que solamente trabajan para acomodar los ilícitos actos a las normas legales. ¿El pueblo? Cual pueblo. Que los pobladores sigan contribuyendo, que si no lo hacen, los clausuramos, los hacemos pagar multa y los encarcelamos. Entonces ¿por qué no se actúa igual con las empresas de telefonía, las líneas aéreas y las empresas mineras? Estas empresas deben al Estado miles de millones de dinero y las autoridades no dicen nada, se quedan en silencio.

Están saliendo a la luz, los negociados que hacen los presidentes nacionales, los ministros de Estado, los funcionarios públicos, con los bienes del pueblo, como si llegan a ocupar el cargo para distribuirse los recursos que pertenecen al pueblo: el gas de las profundidades de la tierra, que la naturaleza ha demorado millones de años para producirle, en buena cuenta pertenece a la nación que le posesiona, se regatea a empresas extranjeras a precios ridículos, en su más baja expresión monetaria, quizá para ganarse gruesas comisiones personales y/o de grupo, como si fuera una mercancía que carece de importancia, mientras que el precio al interior del país, del que posesiona el bien, está en su máxima expresión. Lo mismo ocurre con el petróleo, la minería, la madera.

Así como vemos, el panorama del futuro casi inmediato del país no es auspicioso. No es que las argucias que emplea uno de ellos para pretender limpiarse le colocan como gobernante limpio. El pueblo sabe que simplemente son falacias que pretenden maquillar sus malos actos gubernamentales.

¿Qué entidad debe manejar el tema delincuencial del país? La política de seguridad corresponde al gobierno nacional, porque la delincuencia no solamente compete a la policía y al poder judicial. Vamos por partes. ¿Quién pone el cascabel al gato? La policía depende del gobierno nacional, por tanto es utópico pensar que un sub alterno vaya actuar contra el jefe. Por otro lado, ¿la imagen del poder judicial es buena? Es decir, quien imparte justicia debe ser justo ¿Se cumple con este principio? ¿Por qué meten sus narices el ejecutivo y el legislativo en el poder judicial? Quizá porque el ejecutivo máximo y la lideresa de la mayoría legislativa están siendo investigados. ¿Por qué le sacaron de su lugar, al juez que dictó sentencia imparcial a dos presidentes y a representantes de empresas que lucraron con el dinero del país? ¿Porque el referido Juez no se dejaba manejar? Así no vale pues, aprovecharse del poder del pueblo, para que las investigaciones reales solo sean retóricas, como cuentos de hombres dormidos y sigan los corruptos nadando en este charco de politiquería barata.

Si la delincuencia es el modus operandi de las altas y reducidas esferas del poder y pasa en el tiempo como si fuera una actividad normal, ¿por qué entonces se hacen capturas teatrales con quienes delinquen en las amplias y bajas esferas del pueblo? Si no se quiere que se investigue a quienes ahora tienen el poder, ¿por qué hay policía, fiscalía y poder judicial? ¿No será mejor que suspendan estas entidades? Así como todo el mundo quiere que se suspenda la defensoría del pueblo, a Indecopi. También debe suspenderse al Ministerio del Ambiente, porque la minería ilegal en Madre de Dios sigue destruyendo miles de áreas de bosques naturales. Porque la minería supuestamente legal, sigue contaminando el aire y agua necesarios para los seres vivos. Porque continúa la contaminación de ríos y bosques vírgenes con el derrame de petróleo en la superficie.

Entonces, avanza la delincuencia como torrente de agua servida, que baja desde las altas e indolentes esferas del poder y se riega en las llanuras del pueblo doliente, ¿quién puede controlar a los diarios asaltos a quienes retiran dineros de los bancos? ¿Quién podrá controlar a los pandilleros delincuentes que andan en masas como langostas por las calles angostas, apedreando casas, ingresando a tiendas comerciales a robar? Los jóvenes “huérfanos” se agrupan con el cuento que son “hinchas” de tal o cual equipo de fútbol, cuando el verdadero hincha de fútbol, lleva a su equipo en el corazón, se alegra cuando gana y sufre cuando pierde, pero el amor al equipo está en el corazón, no en el robo ni mucho menos en matar al hincha de otro equipo. El término hincha es quizá la fachada del verdadero delincuente que roba y mata. ¿Por qué andan en manadas como huanganas? ¿Por qué tienen miedo de andar solo? El hincha nunca es cobarde, el hincha es valiente, porque lleva en el corazón ferviente, el amor a su equipo. Entonces, el avance de la delincuencia seguirá andando en nuestras vidas, ojalá hasta no muchas generaciones más. Así como van las cosas, tenemos que conformarnos a vivir en medio de ésta infortunada delincuencia materialista. Y, si realmente queremos que esto cambie, debemos buscar y recibir a Dios en nuestro corazón.

 

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