Las declaraciones de la congresista y segunda vicepresidenta Mercedes Aráoz, poniendo en evidencia la inutilidad de las leyes que hasta la fecha ha presentado el fujimorismo, justo cuando el Ejecutivo ha presentado los 112 decretos Legislativos que, a decir verdad, hacen que las comparaciones sean odiosas, han desatado las iras de los sujetos que integran esta impresentable bancada, en especial de los más caracterizados, como el impresentable Becerril y otros que ya se van dando a conocer por la contundencia de su cerrazón mental.
No es el caso del fujimorista Bienvenido Ramírez, quien ha ido mucho más allá en sus exabruptos y al que debiera de desaforarse del Congreso por incapacidad mental. En realidad el sujeto parece que sufre de algún mal congénito o adquirido –quizás Alzheimer- que lo hace decir las cosas más disparatadas. Pero volviendo a los “normales”, que es una palabrita que les gusta mucho a los que atacan a la -inventada por ellos- “ideología de género”, como Becerril, es claro que éste expresa el sentimiento mayoritario de inferioridad de su bancada.
En Psicología se sabe que la gente que padece del complejo de inferioridad-superioridad son aquellos que, como los fujimoristas, a pesar de saber de su infinita ignorancia e incapacidad en la mayoría de temas que debe tratar un Parlamento, tratan de compensar el sentimiento de inferioridad que esto les produce invocando su “superioridad numérica”, por la cual su propia lideresa hace papelones cuando habla de la depresión como algo propio de “perdedores”, poniendo en evidencia que así es precisamente como se siente.
En este caso, la chispa que encendió la delicada sensibilidad fujimorista fueron las certeras puntualizaciones de la vicepresidenta Aráoz, pues definieron la enorme distancia que separa la incapacidad del fujimorismo para evacuar siquiera algo coherente como grupo parlamentario y el alto nivel que demuestra, no sólo el Ejecutivo con el presidente Kuczynski y el Premier Zavala a la cabeza, sino congresistas de otras bancadas, muy particularmente de PPK, APP, FA y AP. El fujimorismo no puede tolerar que su incapacidad se ponga en evidencia ante el público, pues para ellos su única “fuerza” real es la de los circos que montan para censurar ministros.
Mercedes Aráoz explicó que sus declaraciones, respecto a que algunas leyes del fujimorismo tienen un corte populista y “no sirven para nada”, fueron sacadas de contexto, en respuesta a la congresista fujimorista Alejandra Aramayo, quien había afirmado que “Araoz es la incendiaria que el país no necesita; generó crisis en Petro-Perú, odia a los fujimoristas, no da soluciones, solo agravios”, había dicho, poniendo en evidencia el grave problema psicológico que afecta a los miembros de la bancada de FP.
Poco antes el inefable Becerril había espectorado: “No puedo dejar de hacer llegar mi más profundo rechazo a nombre de la bancada Fuerza Popular por las declaraciones vertidas por la vicepresidenta del país y también congresista donde manifiesta que algunas leyes del fujimorismo no sirven para nada”. “Yo creo, presidente y colegas, que en el Parlamento tiene que primar el respeto entre parlamentarios. Lo que se hace acá es el mejor esfuerzo de todos los colegas cada uno con nuestras propias particularidades de trabajar por el país. Estas declaraciones polarizan al país”.
Bueno, ya estamos advertidos, en simiesca imitación del electo presidente de los EEUU, Donald Trump, que ataca a todo aquel que se atreve a criticarlo, los fujimoristas no aceptan que nadie, y menos de una bancada minoritaria, esto muy en concordancia con su ideología fascista, disienta de sus actos, aunque éstos sean claramente proyectos de ley que no le sirven a nadie ni a nada en el Perú.