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sábado, diciembre 7, 2024
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Bartrarizando el Congreso

La vulgaridad es la mayor sustentación de lo mediocre, el hombre de hoy llega al extremo de la vulgarización, cuando retorna; genéticamente hablando, en sus actitudes, temperamento y carácter, a la vulgaridad de sus generaciones ancestrales.

Dicho de otra manera; la gente vulgar de hoy, son los mediocres de razas primitivas que lograrían sin esfuerzo, adaptarse a sociedades salvajes del pasado.

Cuando, gracias a la magia de la televisión observamos gestos, actitudes y palabrejas de la bancada fujimorista en el Congreso; estando ellos conscientes de que la prensa capitalina, la radio, la televisión de todo el país y los diversos artefactos que graban y retransmiten audio y video sin limitación alguna, llegamos a la conclusión final, irrebatible, de que; cual Atila redivivo, Keiko maneja sus hordas grosera y fieramente. Previamente les debió lavar el cerebro con argumentos como. “somos la fuerza súper-poderosa, el partido más grande del Perú”, podemos hablar y expresar lo que nos venga en gana sin que nadie nos censure “somos la gran mayoría en el Congreso, nuestras palabras, nuestras ideas, nuestros más mínimos deseos, deben ser satisfechos sin dudas ni murmuraciones”, el resto de parlamentarios no vale nada”.

Precisamente, a propósito de gestos, actitudes y palabras groseras, el ejemplo vivo de la más grotesca soberbia lo acaba de mostrar sin ninguna vergüenza y ante cámaras como lo hacen las modelos o vedettes, la desprestigiada congresista naranja; Rosa María Bartra.

Imperativa, truculenta, encendida por la ira con el índice levantado y gestos preñados de negatividad, intentó obligar al presidente del Congreso a recular sus palabras, un retroceso de su decisión, a decirle a los allí presentes y a todo el país, que había cometido un error, que debió tal vez consultar con su bancada o con Rosa Bartra, sobre ese particular antes de emitir su declaración final; lo que logro encender la indignación de la congresista.

Nos preguntamos qué ideas le metieron en la cabeza a Rosita, la señora “K”, FIGARI y Ana Herz, al punto que le hicieron creer que ella es posesionaria de la verdad, que la decisión final del pensamiento y los intereses fujimoristas, requieren de su opinión, aun sobre la autoridad del colega que ostenta el alto cargo de presidente del Congreso de la Republica, los lavados de cerebro a sus subordinados, se pusieron de moda en URSS., cuando gobernaba Josef Stalin, el maldito dictador ruso que ordenó el ajustificiamiento de su madre, Al igual que la regente de un penal, la septuagenaria Luz Salgado, se acercó al Presidente del Congreso y con mirada dura y agresiva lo saco de su lugar en la mesa directiva hacia el interior, para evitar que las cámaras capten el jalón de orejas.

Evidentemente las “odaliscas favoritas” de Keiko son portadoras de sus ideas y de sus decisiones en el Congreso, además, la matrona Luz Salgado; encargada de la disciplina, una destartalada anfitriona de a desfachatez y el desatino en la política nacional, es un rezago triste, penoso y lamentable de la noche negra y pestilente del fujimorismo.

La desagradable figura del japonés maltratador de su esposa, es el telón de fondo sobre el cual se vienen escenificando una serie de acontecimientos escandalosos y vergonzosos para nuestra nacionalidad, al punto que no entendemos cómo es que la clase política que dice mantenerse al margen de la corrupción permite que el fujimorismo y la mayordomía aprista, ejerzan el poder en el Congreso de la Republica, siendo ambos los depredadores más reconocidos de la moral, la decencia y la dignidad en el Perú.

FELIZ DÍA DE LA CANCIÓN CRIOLLA

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