Hola mis queridos lectores y amigos de miércoles, nuevamente estamos con ustedes entendiendo la misión de promover ideas para formar nuevos y buenos ciudadanos. De verdad preocupa en este tiempo sobre el nuevo proceso electoral está a la vuelta de la esquina. Y a este tiempo es necesario ver de pies a cabeza y con buenos oídos tener en cuenta los nuevos y reciclados candidatos por no decir “sinvergüenzas” esos que se cambia de partido y buscan el mejor “ladrón” mejor dicho al mejor partido o pecho de campaña. A todo ello ¿Qué mensaje le están transmitiendo a la sociedad y a las nuevas generaciones? ¿Qué debe interpretarse con la actitud de los partidos políticos en el Perú? ¿Qué enseñan estos políticos con actitudes negativas a la población? Algunos fueron alcaldes y quieren seguir el plato otros casi ganan pero quieren ser alcaldes al fin buscan trabajar o buscan la oportunidad de “robar”
Ya es tiempo que como electores debemos danos cuenta de: La presencia de los mismos discursos, con los mismos ofrecimientos, para combatir los mismos males, es consecuencia –precisamente– de mantener las mismas caras en la política. Es imposible solucionar problemas estructurales con peroratas de individuos que en su momento tuvieron poder en sus manos y que no lo utilizaron a cabalidad para acentuar las reformas que el Perú –mansamente– viene trabajando en los últimos 15 años. En otras escenas de la política, se siente el alto grado de deslegitimación de los partidos políticos fortalece la necesidad de generar nuevas posibilidades de articulación y participación de la sociedad en la política. El terraplén de elecciones internas en las que solo se formaliza la imposición de un candidato contribuye al desprecio de los ciudadanos por este tipo de organizaciones que –además– incumplen sus posteriores obligaciones establecidas por la ley.
Por último, los partidos utilizan al electorado para acceder al poder, no para cumplir un mandato de él. Aunque faltan meses de campaña, hasta el momento no se aprecia que los miembros de una organización política coincidan en torno a un proyecto común, ideología definida o propuesta específica; solo los une el apetito por (volver a) acceder a un cargo en la estructura de gobierno nacional. Sin embargo necesitamos una reingeniería de gestión municipal y candidatos a eso apuntamos. El mismo que nos preguntamos ¿Cómo debe ser un buen alcalde? Antes debemos saber si es un buen candidato. Quienes hacen su campaña sólo en dádivas, volantes, gigantografías, caravanas tratando de parecer “BUENAS PERSONAS” nunca serán capaces de resolver los problemas globales de la comuna ni las necesidades particulares de los ciudadanos. Aunque nadie lo reconozca, los agentes “asesores” “engreídos” políticos están preparando sus herramientas electorales para el próximo proceso de selección de los representantes que conformarán el Concejo Municipal: alcalde o alcaldesa y regidores. Como ciudadanos responsables, debemos estar conscientes de la capacidad de gestión de los candidatos, porque esto es un indicador clave de la calidad de la gestión municipal si resultan elegidos.
Es decir, un buen gestor probablemente será un buen representante, pero un mal gestor nunca será buen representante. Todas las actividades comunitarias y empresariales destinadas a alcanzar un objetivo dado, utilizan una variedad de recursos tales como personas, financiamiento, materiales, tiempo y conocimiento. Nosotros, como simples ciudadanos o consumidores, siempre estamos conscientes de la estrategia y procedimientos que siguen los directivos para administrar eficientemente los recursos y acercarse al cumplimiento de los objetivos.
Pero… en el caso de alcaldes ¿Quién es un buen candidato? Respuesta: Deberemos estar atentos a identificar a los candidatos que poseen los siguientes atributos:
Una visión global de la comuna y conocimiento de los mecanismos legales y reglamentarios de solución de sus problemas, además de creatividad para aprovechar las oportunidades de desarrollo que se presenten. Cercanía con la gente y capacidad de comunicarse afectivamente, demostrable con una limpia trayectoria de servicio público y con la leal adhesión de un equipo de trabajo. Capacidad para obtener y administrar recursos eficientemente durante su campaña; en particular, de obtener fondos y respaldo desinteresado de muchos colaboradores. Una definición precisa de sus electores meta, porque ningún candidato puede pretender dar el gusto a todos. Capacidad legal y técnica para redistribuir recursos y focalizarlos en los problemas más graves de la comuna: desigualdad social, desempleo, delincuencia, violencia intrafamiliar, marginalidad rural, estacionalidad de la economía, etc. Propuestas programáticas viables y con financiamiento responsable y sustentable en el tiempo.
En conclusión: No deberíamos desperdiciar nuestro interés en candidatos que no puedan demostrar ninguna capacidad de gestión edilicia.