José Saramago (premio nobel de literatura 1998), dijo: el hombre “cuanto más viejo más libre, y cuanto más libre más radical”. En estas lineas se encuadra la sorprendente pero buena decision del Presidente Bogarin, de no prestarse – como bien lo llama a “la parafernalia” – es decir al acto decorativo de celebraciones pomposas por un Buen inicio del año escolar en la Region San Martín, cuando hay peripecias por todos lados.
Los anteriores presidentes regionales, tambien lo sabían que el buen inicio del año escolar, simplemente no existe, es una quimera, pero no tuvieron el coraje de decirlo y denunciarlo. Llegaron quizas a ser viejos, pero no libres. Ahora deben ser, presos de su propia “conciencia”.
Es que el Buen Inicio del año escolar no es un día, son los 365 días. Algunos funcionarios de UGEL, MCLCP (impulsando) y directores de planteles (Organizando y ejecutando), gastan energía por ese primer día, pero luego sucumben ante las necesidades posteriores, buscando en otros, a los responsables y a las soluciones. Es decir, se trata simplemente de “dorar aromáticamente la píldora del buen inicio del año escolar”, aun cuando por sus entrañas recorre la punzada de que, por ahora, este acto, es un tremendo engaño. Y la situación no es sui generis de la región San Martin, es de todo el país.
De allí, que está bien la decisión del Gobernador, de hacer un alto e invitar con su actitud, a la reflexión por la educación en toda nuestra región. Eso es un gran acierto del Presidente Bogarín, que merece reconocerlo.
Cómo, alegremente podemos retumbar bombos y platillos por “Un buen inicio del año escolar”, si:
1. Falta presupuesto para contratar y coberturar aproximadamente 1300 plazas para docentes y auxiliares de educación. De no llegar los millones, simplemente en ese primer día y otros más, las aulas estarán abiertas, pero a los estudiantes se les marchitará la flor que deseaban entregarle a su maestro o maestra en ese primer día, porque el/ella, no estará.
2. Además, falta presupuesto para coberturar la demanda de nuevos directivos en los planteles. Si antes la exigencia era para docentes de III nivel, ahora se ha adecuado la norma para también de II nivel, quienes ganarán menos, por cuestiones presupuestales. O sea, la meritocracia, es simplemente una canción para cuando hayan buenos tiempos.
3. No podemos retumbar bombos y platillos si la asistencia técnica que se ofrece al magisterio, es tardía, ambigua e improvisada, pues no existe un PROGRAMA SOSTENIDO (no cursitos de “actualización” de unos días) que permita al docente en función al marco del Buen Desempeño Docente, mejorar su PROFESIONALIDAD. Los vaivenes del MINEDU en materia de evaluación cualitativa en secundaria, es un tema que ni los propios funcionarios lo entienden, de allí las marchas y contramarchas. Creen que el AD y LMS son iguales a 18, 19 ó 20. ¡un absurdo!
4. El presupuesto de mantenimiento que se asigna a los planteles, además de ser tardía en su asignación es lenta en su inversión y que solamente sirve para maquillar la triste realidad de la infraestructura educativa en San Martín, cuyos planteles educativos generalmente tienen techos y paredes e incluso mobiliario de mediados del siglo pasado.
5. Si el material educativo (básicamente textos), además de no llegar a tiempo en muchos lugares, es insuficiente para los más de 250,000 estudiantes de la Educación Básica. Sumado a ello, sus errores, el alto contenido alienante, centralista y antiinclusivo hacia la sierra y selva del país.
6. Y para que la píldora esté bien doradita y la quimera se fortalezca, se intenta en lo peor de las sandeces y paradojas, cesar a maestros, en este caso a los de Mariscal Cáceres (Juanjui), por acatar una huelga, a sabiendas, por un lado, que el mismo es derecho humano y constitucional, cuyo gran responsable, no es sino el gobierno y sus órganos desconcentrados y por otro cuando hay necesidad de maestros básicamente en el medio rural. Considero, que estos nefastos procesos tendientes a generar temor y rencillas en los maestros, deben quedar anulados ipso facto.
Más bien, ciertos directores de UGEL, lejos de estar publicitando un anémico Buen Inicio del Año escolar, deben cerrar filas, para que las preocupaciones del gobernador y las necesidades de la educación, se resuelvan. Deben luchar junto a los maestros por el cumplimiento del 6% del Presupuesto General de la República y por el ansiado y añorado PAGO DE LA DEUDA SOCIAL.
Esconder estas realidades en antiético y deshumanizante.