ACOPAGRO la primera cooperativa cacaotera del Perú y Sudamérica revela que los productores de la zona, destinan sus escasos recursos sólo a gastos de alimentación y medicinas.
Gonzalo Ríos, gerente de cooperativa, las autoridades municipales, regionales y nacionales deben orientar su mirada hacia el campo, agricultores reclaman con urgencia medicinas, atención médica y pruebas rápidas
No existe dinero para mano de obra, herramientas e insumos que permita mantener sus parcelas afectadas por el ataque de plagas y enfermedades.
El valle del Huallaga Central de la Región San Martín que comprende las provincias de Picota, Bellavista, Huallaga y Mariscal Cáceres -la zona cacaotera de mayor porcentaje a nivel de la región amazónica- está seriamente afectados con el coronavirus.
En los meses de abril, mayo y junio, los cacaoteros, junto a sus autoridades y rondas de autodefensa, optaron por restringir el ingreso de las personas de otros lugares, para protegerse y evitar la propagación del virus en las familias del campo que carecen de las condiciones sanitarias para afrontar la pandemia.
Sin embargo, como era previsible, en este mes de julio, no se pudo controlar el avance del Covid-19, en vista que muchos pobladores salían de sus pueblos a realizar compras de alimentos en las ciudades más grandes y regresaban a sus comunidades, contagiados, continuando así con el inevitable círculo de transmisión de tan letal enfermedad.
Incluso ahora, en algunos caseríos continúa la restricción para la movilización de pobladores, lo que afecta más aún a las personas enfermas que no pueden acceder a medicinas y si lo hacen, consiguen a precios elevados por el tráfico de medicinas y elevados precios de la medicina en las cadenas de farmacias.
Según un reciente sondeo realizado al cacaotero de la zona por la Cooperativa Agraria ACOPAGRO, se revela el drama económico que hoy confrontan los productores del campo; por las restricciones de ingreso y salida a sus comunidades, no pueden comercializar la escasa producción de algunos productos de pan llevar y el alza de precios en los próximos meses, encarecimiento que ya se empieza a notar.
El 80% aproximadamente del dinero obtenido por la venta del cacao en la campaña producción, es utilizado sólo para gastos de alimentación y medicinas. Esto limita la inversión de nuevos cultivos o el mantenimiento de sus parcelas, es por ello que continúa el ataque de plagas y enfermedades; no hay dinero para mano de obra, herramientas ni insumos.
El estudio de campo de ACOPAGRO también revela que, la escasez de medicinas en las comunidades, lo que afecta la posibilidad de comprar y tomar los medicamentos en las dosis recomendadas por los médicos.
A esto se suma las condiciones paupérrimas de los servicios de salud en las comunidades de la zona rural, donde no existe personal médico y el equipamiento asistencial que los humildes pobladores, lo que ha desencadenado que en estas últimas semanas se hayan incrementado significativamente los contagios en las poblaciones donde ACOPAGRO tiene presencia con sus asociados, provocando muertes en la gente adulta, registrándose a la fecha, el deceso de tres de sus socios.
“Las mayorías de contagios se debe a que los productores han salido a realizar compra de alimentos, cobrar bonos y realizando servicio de rondas campesinas”, precisa la investigación de campo de la primera empresa exportadora de cacao orgánico del Perú y de Sudamérica.
Según Gonzalo Ríos, gerente de ACOPAGRO, aún existe restricción de ingreso a algunas comunidades debido al temor de ser contagiados con el virus, pero los resultados son adversos, por cuanto precisa que, a mayor restricción, mayor contagio, demostrando que las políticas prohibitivas no funcionan a nivel nacional.
“Lanzo un llamado a las autoridades municipales, regionales y nacionales al mismo sector salud, para que orienten su mirada hacia el campo, ya que los agricultores reclaman con urgencia medicinas, atención médica y que se realicen las pruebas rápidas para saber el número de contagiados y así poder asumir medidas de cuidado”, sostuvo Ríos.
Finalmente, el experto en negocios inclusivos alternativos puso en tela de juicio los resultados oficiales respecto a la pandemia, expresando que las cifras y estadísticas están mostrando cifras no reales, ya que, en la provincia de Mariscal Cáceres-Juanjuì, muestran 1010 contagiados, según él estima que debe haber unas 3,000 a más personas infectadas con el virus.
“En caso el sector salud no tome las medidas necesarias los hospitales van a colapsar en los próximos días debido al agravamiento de la crisis sanitaria en la zona rural”, advirtió el representante. (Carlo Augusto Pérez Pérez)