Estoy seguro que los peruanos estamos de acuerdo en aceptar que nuestro país ya se encuentra en la fase de cuidados intensivos. Es urgente, pues, administrarle los santos óleos porque, viendo cómo se comparta esa jauría de desalmados que pretenden pasar por políticos, y que se encuentran en ese antro al que han convertido el Congreso de la República, ha hecho que ya no haya cambio posible porque quieren demostrarnos que tienen poder y pueden hacer y decir lo que quieran. Porque a esa caterva de indeseables, el país les importa un rábano. Por supuesto que hay quienes se salvan de los calificativos ominosos.
Pero siendo justos, el gobierno que usted preside está dando muestras de una lenidad escalofriante. Lo grave es que su gestión no ha convocado a gente idónea que le ayude a encontrar el rumbo por una gobernabilidad que oriente nuestro desarrollo, porque quienes están al otro lado son sujetos prácticamente analfabetos y cretinos y con un afán protagónico enfermizo. Es vergonzoso y ofensivo que esta gentuza esté cumpliendo dizque las funciones de representación, de fiscalización y de elaborar leyes. Pero si estos indeseables no se representan ni a ellos mismos, ¿cómo podemos aceptar que nos representen? Prontuariados y delincuentes, ¿dizque fiscalizando? Analfabetos e ignorantones, ¿dizque elaborando leyes si apenas han leído Coquito y el Silabario Peruano? ¡Ya pues, tengan un poquito de vergüenza¡
Presidente Vizcarra: según el clamor popular de los demócratas, usted debe cerrar el Congreso pues cualquiera de estas madrugadas lo terminen vacando. Lo pide la
población porque a ese recinto, alguna vez llamado El Establo, por Alfonso Barrantes Lingán, lo han convertido en una covacha asquerosa y nauseabunda donde zafios, sandios, mequetrefes y saltimbanquis pontifican y está lleno de sujetos que han perdido el sentido de la realidad. Ese antro es francamente deleznable y representa lo peor que una sociedad puede mostrar. Pero, debemos tener cuidado para que la situación no se desboque y la ciudadanía y los colectivos ejerzan el control. Cerrado ese antro, cumpliendo los protocolos, debe procederse a detener a por lo menos cuarenta de esos llamados “representantes” por corruptos, corruptores, obstruccionistas de la justicia, manipulación de los procedimientos y de aquellos que blindan a sus líderes y partidarios. Presidente Vizcarra, el cinismo de esos indeseables ya es intolerable.
Presidente: a casi tres años del actual gobierno, no se ha avanzado en el desarrollo del país. Y tanto, que el gobierno de Ollanta Humala podría pasar por el mejor de estas dos últimas décadas. Su gobierno parece darnos muestras de inercia, indolencia, pasividad, abulia, cansancio, permisividad, no tener norte, vencida por la anomia y sin la resiliencia que le permita reaccionar y sobreponerse a esa masa amorfa de sujetos casi salidos de ultratumba. Usted tiene que de una vez por todas tomar decisiones audaces por el bien del país. Respetar la democracia es gobernar por el desarrollo del país y eso pasa por dejar de lado las formalidades de los cánones democráticos si es que no ayudan. El realismo debe imponerse.
Cerrado ese antro se podrá diseñar una estrategia para salir de la criminalidad en que nos encontramos; realizar las reformas políticas, profundizar la descentralización, diseñar una sola política salarial justa en el Estado, perfeccionar el sistema de pensiones y la seguridad social, revolucionar la justicia y el sistema penal, apoyo a los productores agrarios sin tener miedo a los pontificadores del libre mercado que es un cuento chino, implementar las políticas medioambientales, no permitir que el país se siga devastando y que los gobiernos locales cumplan sus roles. [Comunicando Bosque y Cultura – Comunicando].