David Beasley, Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, dijo que este año 270 millones de personas serán empujadas al hambre y la pobreza en todo el mundo, y añadió un dato aún más impactante: Latinoamérica será la región más golpeada. De 4,3 millones de personas que existían en situación de hambre, se pasará a 16 millones; esto debido, sobre todo, a los altos índices de desempleo y subempleo, y al impacto en la creciente población migrante.
“La pandemia no se podrá acabar pronto, pero con el hambre si”.
El famoso chef español-estadounidense José Andrés, director de la fundación filantrópica World Central Kitchen, decía hace pocas semanas, con la contundencia que le caracteriza, que “no se puede acabar mañana con la pandemia, pero con el hambre, sí.
Su sentencia busca incentivar la voluntad política de los gobiernos, pero también la organización social y comunitaria. Si en el mundo hay más de 800 millones de personas que pasan hambre y a la vez un tercio de los alimentos que se producen se desperdicia cada día, se puede deducir que no hace falta producir más sino distribuir mejor.