pastillas para no dormir
Alonso Ocampo
columnista
Ciertamente el notario tarapotino y a la vez Decano del Colegio de Notarios del Departamento de San Martín, Luis Enrique Cisneros Olano, es un ejemplo para las actuales y futuras generaciones.
Es un claro ejemplo de cómo podemos vivir con naturalidad sabiendo que en las calles existe un fuerte repudio ciudadano hacia nuestra persona; tal vez lo alivia el hecho de que el político más importante de San Martín, estaba sentado a su diestra en diversas inauguraciones de sus negocios privados. Convencía incluso a César Villanueva que deje de asistir a las aperturas de años académicos en colegios estatales calamitosos, para estar presente en la moderna institución educativa del notario, seguramente pensaba que daba más cachet, pero más que al hoy Presidente del Consejo de Ministros, al resistido Cisneros Olano.
Es un claro ejemplo de cómo es que se puede insultar a la gente sin que nadie reaccione y nos dé un lapo, los periodistas que escucharon decir en una reunión que allí había “purito maricón” celebraron extrañamente lo que ellos consideraban una humorada. Cisneros Olano es un claro ejemplo de cómo puedes ir al mismísimo local del Ministerio de Justicia y con una parada socarrona faltarle el respeto Juan Jiménez Mayor, titular de dicho ministerio en aquel entonces.
Y claro que también es un ejemplo, porque nadie podría demostrar que tiene incondicionales de los más fieles que son capaces de batirse en duelo verbal con la prensa para defender a su “decano”, sinceramente poca dignidad mostraron dos notarios con la memorable y hepática defensa de sus feudos en pos de justificar su accionar que trata de evitar -a toda costa- competencia, incluso uno de ellos, de nombre Justo –vaya qué ironía- amenazó subrepticiamente a algunos periodistas.
Cisneros Olano también es un claro ejemplo de cómo es que llegado un momento poco nos importa las organizaciones populares, no hace mucho se burló de todo el mundo cuando fue invitado por la dirigencia del FRECIDES a una asamblea pública. El notario tarapotino también es un ejemplo de astucia ya que se sumó como litisconsorte a un proceso que se estaba llevando en el Callao para tirarse abajo un concurso que iba a significar competencia en su oficio notarial en nuestro departamento.
Pero también es ejemplo de angurria y torpeza, pocos se han preguntado por qué en otras provincias donde además de tener una limitada oferta de notarios, existen precios demasiados altos, no se han sumado a la lucha de la ciudad de Tarapoto, la sencilla razón: el carácter provocador y prepotente de Cisneros Olano. No olvidemos que la única notaria que existe en el distrito de Moyobamba recurrió al Poder Judicial para impedir la instalación de los notarios temporales, afortunadamente los jueces no le dieron la razón. Pero en ningún momento se pensó en marchas o plantones en el local notarial de la demandante.
En Moyobamba, las personas que requieren hacer uso del oficio notarial a precios más módicos sencillamente viajan a Soritor; en Tarapoto muchos se trasladan a Lamas, así que además de invocar a la población a dejar de usar los servicios de Cisneros Olano también se debió trabajar en la elaboración de una estrategia legal más estructurada y menos coyuntural. Casi siempre que se dan medidas arrancadas por protestas en las calles se vuelven vulnerables en el ámbito jurisdiccional. “Lo urgente no deja espacio para lo importante” decía la genial Mafalda.
Hay que recordar que todos tenemos la obligación de respetar los mandatos emanados del Poder Judicial, en ese sentido además de protestar en las calles se debería trabajar inmediatamente en buscar mecanismos legales para ampliar la oferta notarial con respeto irrestricto al Estado de Derecho, y ello debería buscar la incorporación de los notarios públicos al sistema jurídico de la nación, pareciera que estos profesionales conforman una isla y pueden hacer lo que quieran…eso lo entendió hace buen tiempo el angurriento Luis Enrique Cisneros Olano.