Junto su inseparable máquina de escribir
Su nombre es Agustín Cisneros Salinas (76), conocido como el “Legendario Cisneros”, es un ciudadano natural de Yurimaguas que diariamente sin importarle sol o lluvia, sigue ofreciendo sus servicios de redacción de documentos en las veredas públicas, utilizando su inseparable máquina de escribir, un símbolo de épocas pasadas. Con 40 años dedicados a este oficio, ha ganado el reconocimiento de los vecinos, sobre todo de personas del ámbito rural, entre autoridades comunales y dirigentes de organizaciones que acuden a él, para que les redacte diversos documentos desde solicitudes, oficios, cartas, memoriales entre otros. Actualmente se ubica en la primera cuadra de la Av. Jáuregui a un costado de la Iglesia Catedral.
VOCES, renueva su interés contar esta historia, como transcurre el imperdonable y avance de la vida, pues desde el punto de vista del avance de la ciencia y la tecnología, el uso de las máquinas de escribir ha desaparecido en las instituciones públicas y privadas; sin embargo, para el Legendario Cisneros, sigue siendo de utilidad, ya que hay requerimientos para la redacción e impresión de documentos urgentes.
Su fiel máquina de escribir, que se ha convertido en su herramienta de trabajo de sustento, es una joya invaluable que le acompañará hasta que él crea necesario, nos comenta.
A lo largo de su carrera, ha atendido a innumerables personas, desde estudiantes que necesitan ensayos hasta trabajadores que requieren la redacción de cartas o documentos importantes. Cisneros, es técnico naval retirado, asegura que su experiencia como profesional le ha permitido perfeccionar su capacidad para expresar ideas con claridad y precisión. Aunque muchas personas prefieren ahora los medios digitales, él sigue creyendo que el arte de escribir a máquina mantiene un valor especial, conectando a las personas con el pasado mientras ofrece un servicio útil en el presente.
Con el paso de los años, ha visto cómo la tecnología ha avanzado, pero su compromiso con la redacción a mano sigue intacto. A pesar de su edad, su energía y pasión por su oficio continúan, manteniendo viva una tradición que para algunos parece desfasada, pero para él un pilar fundamental en su vida. Sin duda, su historia es un testimonio de la perseverancia y la vocación en un mundo competitivo. Por: Roger Torres