De entre los más grandes filósofos en la historia de la humanidad, es uno de los más célebres de la milenaria cultura china. De sus obras, algunos son atribuidas a él; otros compiladas por sus discípulos.
Educado en una escuela para plebeyos, estudió: ritos, música, arquería, caligrafía y matemáticas, al igual que durante el Renacimiento occidental y los humanistas.
Trabajó en la Administración del Estado ascendiendo a Ministro de Justicia de la Región. Sus reformas buscaban erradicar el crimen y administrar con equidad e imparcialidad.
Pero cayó en desgracia a causa de las incesantes intrigas palaciegas por las que fue condenado al exilio.
Viajó mucho y se dedicó a instruir y educar a sus discípulos. Las ideas de este gran filósofo y moralista veneraban las costumbres tradicionales, perseguían una buena conducta, en la vida, un gobierno basado en: la justicia, la bondad, la caridad, la benevolencia, la tolerancia, el amor al prójimo, además del respeto a los mayores y antepasados.
Sus ideas tuvieron gran influencia en la Filosofía y en la historia de la China antigua. Muchos emperadores y gobernantes se inspiraron en sus máximas y formas de pensar.
Si se siguen estos principios, -decía- otros los imitarán. Si un príncipe lo hace, sus súbditos lo imitarán, igual sucede con padres e hijos, maridos y mujeres y entre hermanos mayores y menores.
DIÁLOGO ACERCA DEL APRENDIZAJE. (Maestros y profesores)
Confucio se sentó para descansar y los alumnos a su alrededor empezaron a hacerle preguntas:
– Explicas muy bien todo lo que sientes. ¿Por qué no va con el Emperador y le habla?
– El Emperador también hace bellos discursos y éstos son apenas una cuestión de técnica. No traen la virtud.
– Entonces envíele su libro de poemas.
– Los doscientos poemas allí escritos pueden ser resumidos en una sola frase: “Piensa correctamente”. Este es el secreto.
– ¿Qué es pensar correctamente?
– Es saber usar la mente y el corazón, la disciplina y la emoción. Cuando se desea una cosa, la vida nos guiará hacia ella, mas por caminos inesperados.
Muchas veces nos dejamos confundir. Por eso yo dije: déjate llevar por la emoción, pero mantén la disciplina de seguir adelante.
– ¿Y usted hace eso?
– A los 15 comencé a aprender,
a los 30 comencé a tener la certeza de lo que deseaba,
a los 40 las dudas retornaron,
a los 50 descubrí que el cielo tiene un proyecto para mí y para cada hombre en la tierra.
– A los 60 comprendí este proyecto y encontré la tranquilidad para seguirlo,
Ahora a los 70 puedo escuchar mi corazón sin que él me haga salir del camino.
– Y entonas ¿Qué es lo que le hace diferente de los otros hombres que también aceptan la voluntad del cielo?
– Yo procuro dividirla con vosotros: y quien consigue discutir una verdad antigua con una generación nueva, debe usar su capacidad de enseñar. Esta es mi única cualidad: ser un buen profesor.
– ¿Qué es un buen profesor?
El que examina todo lo que enseña. Las ideas antiguas no pueden esclavizar al hombre porque ellas se adaptan y adquieren nuevas formas.
Entonces tomemos la riqueza filosófica del pasado sin olvidar los desafíos que el mundo presente nos propone.
-¿Qué es un buen alumno?
El que escucha lo que yo digo, pero adapta mis enseñanzas a su vida y nunca las sigue al pie de la letra. Aquel que no busca un empleo, sino un trabajo que lo dignifica, aquel que no busca ser notado, sino hacer algo notable.