No confundan a la población con las evaluaciones, como ayer confundieron con el terrorismo

Estamos entrando a una inercia donde el gobierno cree tener toda la razón en este conflicto de demanda de derechos de los maestros a nivel nacional. Inercia adonde se suman toda la prensa escrita limeña, radial y televisiva que reciben millones de soles de las arcas del gobierno, por publicidad, en salvaguarda a estos intereses económicos, no hablan la verdadera plataforma de lucha de los maestros, muy por el contrario, son tan incendiarios a igual que el gobierno, venido directamente de un ministro del interior que inicialmente calificó hasta el hartazgo que muchos dirigentes estarían ligados al MOVADEF, hoy la mayoría de medios de comunicación tienen otra apreciación tan negativa y falsa a igual que la primera, es decir, vienen lanzando versiones de que el maestro le tiene miedo a las evaluaciones.

Lo que se discute es la forma de las evaluaciones, no el fondo. Todos los gobiernos en el Perú después de Velasco, fueron neoliberales: sometidos y dictaminados por los organismos financieros del mundo, ellos son los que exigen que se desinfle las planillas en el sector educación; el gobierno a través de mecanismos como la Reforma Magisterial, habla de una evaluación punitiva, es decir, para ser despedido, no porque no sabe el docente; justifican la mala intención para hacer menos carga las planillas.

Señores del gobierno, cómo se puede permitir en un país que decimos ser democráticos, el doble ministro Zavala no da la cara a los maestros, sobre todo la inexperta ministra de Educación, se pone a leer algunos puntos, supuestamente puestos de acuerdo, donde ella en absoluto no miró la cara a ningún dirigente regional, ni mucho menos conversó ninguna jota con ellos, porque ya el otro despistado ministro del interior le sembró fantasmas de terrorismo existiendo en Pedro Castillo y otros dirigentes más.

Cada persona tenemos un honor y reputación que guardar y conservar, y no se puede permitir que un irresponsable ministro del interior lance falsas acusaciones contra los maestros; nadie puede acusar a nadie que es un delincuente o terrorista, mientras la justicia no lo comprueba, y en este contexto lanzar acusaciones de vinculación con el terrorismo a un dirigente que representa a los sutes regionales, manchó no solamente toda la honra de los maestros, sino que esta misma falacia ha entorpecido el diálogo del viernes pasado, que había sido convocado por la ministra a dos dirigentes por cada región.

Se truncó, quien sabe ahí podría haber sido el acuerdo de solución, donde la ministra hubiera hablado cara a cara con los dirigentes en lucha, y no llegar a una intermediación de congresistas, como si entre la ministra y los maestros, existiera una enorme diferencia de razas, ideas y pensamientos, y que solamente ella podría dialogar con gente de su altura. Por ello les felicitó a los cinco congresistas que hicieron el papel de intermediarios. Para mí realmente un triste e infeliz papel de intermediación.

Estos congresistas intermediarios tenían para exigirla a la ministra que demuestre su educación conversando con los verdaderos protagonistas de la educación; y no leer tan fácilmente un papel producto de los pre acuerdos que tuvieron los intermediarios con los dirigentes. Los cinco congresistas eran para que sean solamente veedores, y no tenían por qué haber metido la mano, ni mucho menos haber tomado la decisión de hacer llegar esos pre acuerdos a la ministra, que tuvo nada más que la cuchara puesta en la boca y luego en la noche se puso a desbocarla y hasta vomitarla con amenazas de por medio.

¿Por qué hacer llegar un papel a la ministra que no había la firma de ninguno de los dirigentes que estaban en el diálogo? Simplemente porque ellos(los congresistas) querían salirse ya del conflicto una hora más antes, y empezaron a lavarse las manos como Poncio Pilatos, indicando allá ustedes, yo ya hice lo que tenía que hacer.

Ahora todos empiezan a lavarse las manos, como tristes fariseos e impotentes poncios pilatos, empezando desde el gobierno con su presidente totalmente impotente ante los conflictos sociales de los maestros; seguida de su ministro Zavala, que no mueve un solo dedo de solución en este problema; seguido de su ministro del interior, declarado enemigo del magisterio nacional, por sus acusaciones sin ninguna prueba; seguida al mismo tiempo de una ministra de educación, que sin tener los requisitos legales de educadora está en el más alto escaño de la jerarquía educativa del país.

Los medios de comunicación de Lima y local, también siguen esta corriente de que el gobierno ya hizo todo lo que tenía que hacer. Mentira señores, el gobierno aún no hace lo que debe de hacer, ¿Cuál es?, poner en camino a la educación hasta llegar (no digo hasta el más alto nivel), pero por lo menos, tener el PBI en educación digno con un 10%.

Antes que el gobierno vocifere su impotencia, la prensa de toda índole limeña o local, expectora y gritan: ¡De dónde! ¡De dónde! –dicen. El país tiene mucha riqueza, señores. La gran desigualdad y mucha indignación es que muchos están enriquecidos en este país, por la mala distribución de la riqueza del Estado: mientras unos ganando en exceso, el maestro, recibiendo una miseria.

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