El domingo 21 de julio del 2019 fue el examen de nombramiento docente, por las cifras que emitió el MINEDU al cierre de la jornada fueron casi 213 mil los que participaron, un 92% de los inscritos, el más alto porcentaje, desde que se inició con esta modalidad de nombramiento.
Tengo 43 años, y por lo menos 20 de ellos me he dedicado al sector educativo en diversas responsabilidades, desde maestro de aula en primaria y secundaria por 10 años, hasta Director Zonal y Regional los últimos 10; y aunque nunca ha sido un objetivo ni personal, ni profesional -y tampoco esta vez- obtener el ansiado nombramiento, quise conocer desde la experiencia vívida, el tipo de examen, el tipo de preguntas, el grado de dificultad y vaya que lo viví en toda su dimensión.
Las cosas por mejorar
Aunque puedo resumir como exitoso el trabajo del INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática) encargada de la evaluación en los últimos 3 años, hubo algunas cosas por mejorar, considero 2 por mi parte, el primero -el más comentado al término del proceso- la demora en el inicio de la prueba, ignoro si así se ha pasado en los años anteriores, pero los 80 minutos -de 8 a 9:20 am- de espera para el inicio de la prueba, creo que puede resumirse a unos 30 a 40 minutos, se entiende que este tipo de proceso debe pasar por una serie de detalles en el protocolo, como la llegada de las pruebas, el des lacrado entre otros, pero insisto en que podría mejorarse esos tiempos; el segundo, se podría tener en cuenta una temporalización de cada examen, es decir no poner en un solo bloque los 3 exámenes y dejar que el postulante haga un control mental de su tiempo, sino que a cada examen se le asigne un tiempo o por lo menos tener un bloque de 150 minutos para razonamiento verbal y razonamiento matemático y luego de un intermedio en 120 minutos, el segundo boque de la especialidad, dirán ¿Por qué? Pues en mi caso -y así lo constaté con otros- fui muy minucioso, para evitar fallar en las de RV y RM hasta que escuché a la aplicadora que faltaba 1 hora, recién comencé con el desarrollo de las 40 preguntas de la especialidad, en mi caso, por no tener el celular -reloj- a la mano y no haber hecho previsión de un reloj de pulsera, no llevé el control y para el examen de especialidad quizá me faltó unos 10 minutos, para hacerlo con la rigurosidad que corresponde.
Las excusas
Dándole una mirada a las redes, -tribuna enfermiza en el que todos hablan de todos- ya por la noche, pude percibir la reacción de los maestros a la prueba, entre calificativos que lindan con lo inverosímil y otros hasta lo risible, pude anotar algunos de ellos, “son unos corruptos” “deberían tomarle este examen a la ministra y sus funcionarios” “el gobierno odia a los maestros y no quiere que nadie se nombre” “se vendieron las pruebas” y otras que por el tiempo y del formato de esta publicación no reproduzco.
La gran pregunta es, ¿fue el examen adecuado, cumple con los estándares, realmente podría con este examen verificarse si un maestro está en condiciones de ser un trabajador de por vida del estado? Mi respuesta sin duda es SI, los que tuvimos la oportunidad de estar al frente de esa prueba, vimos un examen con grado de dificultad media en razonamiento verbal y bastante básica en razonamiento matemático y una manera muy clara -al menos en mi especialidad de CC SS- de que el evaluado, pueda evidenciar si realmente conoce, los conceptos básicos de la especialidad en la que postula, entre ellas las formas de hacer retroalimentación, la forma de usar las preguntas como generadores de conocimiento, como conocer el tiempo y espacio de un hecho histórico, conocer elementos básicos de la geografía entre otros.
No estoy evaluando el contexto de la evaluación, si es justa, si responde a la necesidad histórica del país, es solo una opinión técnica y seguro que habrá quienes no estarán de acuerdo con ella, cosa que respetable y discutible siempre y cuando tengan un sustento no pasional, sino -lo reitero- técnico.
Quienes aprobarán el examen
Aquella noche del 21 escribí algo en mi muro, que creí que tendría furibundas respuestas, pero no fue así, escribí “aprobarán este examen, quienes sean buenos lectores y conozcan a conciencia su especialidad” hoy lo ratifico, y puedo ser incluso ser más enfático. “Solo tienen una oportunidad real de ser nombrados mediante este tipo de examen, quienes sean asiduos lectores de temática diversa de interés común y quienes tengan una vocación clara por la docencia en su especialidad” ni uno, ni una más.
Finalmente, una reflexión, y con mucho respeto; creo que el estado o cualquier empleador, tiene un derecho básico, el derecho de poner las condiciones básicas, para contratar a un profesional -maestro- hasta la edad de la jubilación, más aún, cuando son estos, quienes deben garantizar un proceso de enseñanza-aprendizaje de calidad, que sin duda, hay otros factores que deben garantizar esa condición, pero no hay ninguna duda, que es el maestro un factor determinante.
Cierro esto con una pregunta ¿sería usted muy cuidadoso y exigente, para contratar a un maestro, por el resto de su vida laboral, si de la educación de sus hijos se trataría? Usted y yo, sabemos esa respuesta.