A la luz de los días nos damos cuenta que el caso LLuncor evidentemente fue un argumento donde se utilizó la viveza dirigencial para contar con los servicios de un determinado jugador. Ya que no existe consistencia en varios capítulos del “traspaso”, primero al haber invocado una resolución que esta fuera de contexto para el caso, luego al haber salido de un club de “aficionado” para ser “profesional” y volver nuevamente en un par de días al mismo “status”, lo que se quiso hacer en realidad es torcer los procedimientos en beneficio de uno y en perjuicio de otro, eso está claro, LLuncor estuvo hasta el mes de febrero de este año entrenando con Vallejo, después con Unión Tarapoto y cuando se vieron entrampados en el problema buscaron un “vientre de alquiler” para salirse de la situación. Evidentemente son todas estas situaciones los que ponen en tela de juicio y van en desmedro de una verdadera competencia como la Copa Perú que está muy venido a menos.