La ilusión tarapotina en la Copa Perú llegó a su fin. Grandez FC fue derrotado 3-1 por Juventud Bellavista de Trujillo, quedando eliminado en una etapa donde se evidenciaron los mismos problemas de siempre: poca planificación, ausencia de nuevas figuras y una apuesta repetida por los jugadores de siempre, que van rotando entre los clubes de San Martín.
Un caso representativo es el de “Batería” Mozombite, quien incluso llegó a firmar por dos equipos y terminó vistiendo la camiseta de Grandez con la anuencia de la dirigencia. Esto reflejó la desorganización que, una vez más, pasó factura al club.
Otro error señalado por los hinchas fue la llegada de la “Pepa” Baldessari como entrenador, pese a no contar con carnet de campo. En Trujillo, el técnico oficial figuró como Ramiro Pinedo, y en el partido en Tarapoto el propio Baldessari ni siquiera se hizo presente en el estadio. La apuesta mediática terminó siendo un desacierto que generó más dudas que resultados.
El resultado ante Juventud Bellavista no solo significó la eliminación, sino también una llamada de atención: urge renovar el plantel, apostar por nuevos talentos con buen biotipo y dejar atrás la costumbre de repetir los mismos nombres cada temporada.
La Copa Perú es un torneo exigente y competitivo; seguir insistiendo en las mismas fórmulas solo mantiene el autoengaño. Es momento de trabajar en serio si se quiere soñar con que un club de Tarapoto llegue a instancias mayores.