Y como era de esperarse el famoso corona virus COVID19 llegó a Brasil y va camino a convertirse en una pandemia alarmando a la población de todos los continentes y multiplicando los casos de abusos racistas y cuarentenas en los aeropuertos, cruceros, estaciones fronterizas, etc. Por ejemplo, esta semana la famosa pianista Yuja Wang tuvo que presentarse en concierto con gafas oscuras pues tenía los ojos rojos de tanto llorar por cómo la habían tratado humillantemente en el Aeropuerto de Vancouver y ¡pese a eso no quiso dejar de cumplir su compromiso!…
Todo ello me lleva a reflexionar –como muchas personas- en la necesidad de difundir en la opinión pública un espíritu de EQUILIBRIO ENTRE OBJETIVIDAD Y SUBJETIVIDAD (espíritu propio de esta era) indispensable para no caer en la IGNORANCIA, el miedo y el odio, pues desde siempre “La ignorancia lleva al miedo, el miedo lleva al odio, el odio lleva a la violencia, esa es la ecuación” (Averroes).
En ese sentido, son muy dicientes y rescatables las expresiones del gran bioquímico argentino Fernando Manera quien manifiesta alarmado:
“¡¡¡CORONAVIRUS!!!, nunca pensé que los humanos pudiéramos pensar que con una “cuarentena” pudiéramos controlar un virus que se transmite como el gripal! ¡¡Un método de siglos pasados!! ¡¡El virus “viaja” en avión y los humanos en carreta!!”
“¡Con un periodismo sensacionalista contando caso por caso! ¡¡Me recuerda a la Gripe A!!… ¡En Argentina tuvimos unas 2500 muertes! ¡Grave!… ¡Pero de Gripe común murieron 3500 en el mismo año! ¡Esta dispersión de virus se controlará por sí misma cuando la humanidad haga anticuerpos! ¡Algunos profesionales me entenderán lo que estoy diciendo!
E insisto nuevamente, ¡lo que realmente mata es la ignorancia!!! ¡Y cuando esta es fomentada, PEOR!”
Esto me recuerda una lamentable realidad de decadencia que predomina en el alma de las multitudes de nuestra turbulenta época de transición: la excesiva hipocondría del “desbocado” instinto de conservación, produciendo todo tipo y rango de personas (“doomsday preppers” o personas que se dedican a prepararse para cualquier “apocalipsis”) con psicosis de extinción que generan una psicosis colectiva. Por ello, remarcamos hacer énfasis en la SABIDURÍA y el EQUILIBRIO.
Esta decadencia del alma colectiva evoca este maravilloso pensamiento del Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière (www.magnanet.org) que nos revela al INSTINTO DE CONSERVACIÓN como un claro indicador patológico y de degeneración humana:
“Volvamos a nuestras necesidades elementales y reflexionemos primero, antes de proponer “el instinto de la conservación” como primer principio, pues este concepto de la “lucha por la existencia” podría muy bien traducirse por “lucha por la potencia”, como dice Nietzche: la ambición de tener MAS Y MEJOR Y MAS Y DE PRISA Y MAS A MENUDO… La conservación del SI es una forma patológica de la vida, según Kurt Goldstein, quien dice que la observación de los enfermos muestra que la simple conservación es un signo de vida anormal, de vida en decadencia. Esto se puede defender tanto desde el punto de vista científico como teológico, como, por ejemplo, si se habla de operaciones que tienen una “importancia vital”, lo que implica el término “instinto de conservación”, se trata de saber si tal “instinto” existe en el organismo normal, o, más particularmente, si es necesario considerarlo como el instinto principal, o si por el contrario su aparición o su manifestación exclusiva, es ya un signo de anomalía, de lesión. Para el creyente, su organismo, no tiene más que un papel temporal y poco importante, mejor dicho, para muchas sectas religiosas éste es un obstáculo para la reintegración en Dios.”
Asumamos pues esta nueva prueba de la humanidad con ese espíritu OBJETIVO y de OBEDIENCIA SERENA y SABIA para remontar la epidemia con PREVISIÓN y sin miedo, exhortando a las autoridades a ser más diligentes sin caer en la psicosis colectiva, OBSERVANDO y dándonos cuenta que todo “mal” trae muchas cosas buenas también. Por ejemplo, me da gusto ver noticias como el descanso de la naturaleza en China, pues se ha reducido mucho las emisiones de gases (al estar muy restringido todo el tránsito) disfrutando después de mucho tiempo de un aire despejado y menos ruidos molestos, así como la PROHIBICIÓN (esperemos que sea para siempre) de la venta y consumo de animales silvestres. ¡ENHORABUENA PUES!
Como bien lo señala el famoso Dr. Paul Carton, citado por el Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière:
“En cuanto concierne a la especie humana las enfermedades se declaran como la acumulación de un término y como las sanciones a las desobediencias colectivas a las leyes naturales de verdad, de bondad, de unidad, de abnegación, de trabajo, de sobriedad, de auto-disciplina, que son las condiciones fundamentales del progreso, de la salud y de la felicidad de las razas humanas”
“Cuando estos principios fundamentales han sido violados durante largo tiempo, se declara primero una enfermedad general colectiva (época de crisis debida al desequilibrio de las conciencias). Este estado de degeneración física y mental es lo que disminuye la vitalidad y la moralidad y abate las fuerzas de resistencia de una nación. Entonces, los pueblos llegan a un estado de aptitud para contraer las enfermedades catalogadas que se denominan guerras civiles, revoluciones, grandes epidemias, terremotos, etc… Estos flagelos obligan a suspender los hábitos malsanos, a encontrar nociones más justas, a aplicarse más estrictamente a los deberes esenciales (espíritu de verdad, de unidad, de disciplina, de caridad, y de altruismo).”