Han pasado tres quinquenios de gobierno regional- dos de Nueva Amazonía y uno de Fuerza Popular- y estamos asistiendo a otro que nos parece será de lo mismo que los anteriores: “populismo nada más”. ¿Es que no hay el famoso “plan de la revolución agrícola”? ¿Qué fue de la educación de la Región Verde? ¿Qué fue de la salud de la Región Naranja? Estos son los tres pilares que hasta la fecha se tienen descuidados. Han aumentado los centros educativos privados pero no en la calidad esperada. Tenemos una fabulosa infraestructura hospitalaria con equipos que dejan dudas; salvo del personal profesional de la salud que sí está mejorando en su eficiencia.
Toda gestión pública considera dos componentes para su desarrollo: La reformas para mejorar los sectores claves y, la capacitación y especialización de los servidores públicos que en ellos se desenvuelven. Lo primero no se viene cumpliendo y lo segundo en muchos casos el servidor público recurre a sus recursos para capacitarse y/o especializarse. En este sentido la Universidad cumple con ofrecer programas de maestría y doctorado en diversas profesiones. Nos parece que la empresa privada sí está cumpliendo con lo suyo, sobre todo en el sector turismo y en servicios de comercialización. Como decía un visitante, “se nota que hay mercado para todos, pero el Gobierno Regional no se ha puesto las pilas para cubrir las necesidades de la población”; teniendo el apoyo y los presupuestos de parte del Ejecutivo como compromiso de Gobierno Central. Entonces analicemos cuál sería la ruta que sigue nuestra autoridad de gobierno actual.
¿Qué es el populismo? “Es una ideología tenue y centrada que considera que la sociedad está separada en dos grupos antagónicos y homogéneos, es decir, “el pueblo puro” contra la “élite corrupta”, y que argumenta que las políticas deben ser la expresión de la voluntad general del pueblo” (Mudde y Rovira K., 2017: En todo populismo hay tres dimensiones. Primera dimensión: la simbólica (está centrada en creer quién forma parte del pueblo y quién no, así como quién es la élite que dirige). Segunda dimensión: la política (está dada por las políticas propuestas y/o ejecutadas para eliminar o disminuir la marginalidad política del pueblo previamente construido. La tercera dimensión: la material (la forma en la que se incluye o excluye de forma material a los que son parte del pueblo y a los que no). Al final, concluyen que se puede decir que los populismos son excluyentes porque separan a las minorías de una totalidad que se considera homogénea, como lo hizo en su momento Fuerza Popular , o incluyentes porque buscan integrar a las minorías en una totalidad heterogénea, como lo hizo Nueva Amazonía.
Los populismos de César Villanueva Arévalo (dos periodos) y Víctor Noriega Reátegui (un periodo), en estricta verdad no fueron incluyentes porque la construcción simbólica del pueblo no estuvo sustentada en la incorporación de nuevos actores al orden político, cultural, institucional y económico, apelando a la igualdad. Sólo compartieron con sus allegados En la actualidad, el pueblo se contrapone a la élite porque ha favorecido a unos cuantos en detrimento de una mayoría heterogénea: la generación de nuevos polos de desarrollo no han surgido por esas gestiones, se han visto establecer por el impulso de la empresa privada trayendo nuevos derechos y formas alternativas de participación política, económica y deportiva. El resultado de esto se aprecia en la incorporación del Deportivo Comercio (Nueva Cajamarca), Plaza Vea, Innova School (Tarapoto). Innova TV (La Banda de Shilcayo), entre otros. Esperemos que, este populismo, no sea excluyente porque el pueblo lo eligió para construir una región para todos. El médico Bogarín, con todo respeto, tiene que dejar a su élite (minoría natural, del sur y del norte), permitiendo la incorporación de actores que no atenten contra su cultura, sus derechos y la esencia histórica de todos los sanmartinenses, naturales y foráneos que radican cerca de medio siglo en estas hermosas tierras.