Con la elección como papa del Cardenal Robert Francis PREVOST, ahora el Papa León XIV, me imagino que todos los peruanos estuvimos, estamos todavía, sorprendidos y orgullosos.
Que seamos ateos, agnósticos, cristianos (de diferentes ramas) o no, lo ocurrido en Roma no puede dejarnos insensibles.
Siendo protestante, me siento contento por mis hermanos católicos, del Perú y del mundo. Claro, tenemos diferencias, pero hay más las cosas que nos unen, y que deberíamos hacer un esfuerzo para trabajar en ese sentido. Ustedes saben, los franceses y los alemanes son diferentes, vaya que sí ; si se hubieran cantonado en sus particularismos, y no trabajar con los puntos comunes que tienen, la Unión Europea nunca hubiera existido.
Volviendo al Papa. No dejará de ser Estadounidense : nació en ese país, creció en Chicago, vivió y compartió con su familia y amigos del barrio, asistía a su escuela, a su parroquia, toda su infancia y adolescencia le atará a esos recuerdos de párvulo. Me imagino, porque mi situación es parecida (ojo, no me comparo al Papa) : más de la mitad de mi vida estoy fuera del Perú, y el país que me acogió con los brazos abiertos, he aprendido a conocerle, a amarle, y ahora hago parte de esta nación, el país galo. Pero, no olvido mis raíces.
Tres cosas que me hicieron, y continúan a hacerme reflexionar, de lo que dijo o hizo, el entonces Obispo de Chiclayo, en el Perú :
1) De vivir el evangelio, en palabras y en actos. Hacer lo que dijo, y decir lo que hace. Y todo ello, en medio del pueblo, y particularmente con los más pobres, materialment hablando. Porque a veces hay personas que tienen mucho dinero, pero son pobres espiritualmente. Le vi bailando en plena misa, cantando con los jóvenes, saliendo a la calle para proclamar el evangelio. En los momentos fáciles o difíciles.
2) De abordar cosas complicadas, con valentía y diciendo la verdad. Habló de ese mal que corroe la sociedad peruana : la corrupción. Y en esto, todos somos responsables : participamos queriendo o sin querer, pasiva o activamente, a esa lacra. El que se crea limpio de toda corrupción, que lance la primera piedra. Habló también que hay políticos que sólo buscan sus intereses personales y no el beneficio de la sociedad. Tuvo el coraje de decir que Fujimori debería pedir perdón primero, antes de que sea liberado de la cárcel. Pedir perdón es todo un proceso : es tomar consciencia, es dirigirse a las victimas y, sobre todo, decir lo mal que se hizo.
3) Se nacionalizó peruano, no para conocer el país, sino porque ya conocía el Perú. El escogió, pidió la nacionalidad peruana. Claro, para ser Obispo, hay que tener la nacionalidad peruana. El futuro Papa, en ese entonces, tenía la posibilidad de decir no a ser Obispo, y no a ser Peruano. Optó por los dos, en una decisión personal, libre y consciente. Entonces, él es muy Peruano, como el Cebiche, la papa a la Huancaína o el Avispajuane ; como el Pisco, la Chicha de Jora o el Masato. Y al mismo tiempo su estado civil es universal y moderno, cosa que no es contradictoria : nació en los Estados Unidos, tiene origen francés, italiano, español, y es el primer Papa con dos nacionalidades ; es un verdadero Americano (del continente)
Salió de Chicago para instalarse en Chiclayo ; ahí se hizo Peruano, y ahora está en el Vaticano.
Por la voluntad general de Dios, nosotros, los peruanos, nacemos y vivimos donde ÉL dispone, según su decisión. Hay algunos que nacemos en la Madre Patria, otros que nacemos fuera del país. Que seamos blancos, indios, negros, sambos, mulatos, chinos, japoneses, sansei o nissei, de la Costa, de la Sierra o de la Selva, creyentes o no, eso no es determinante. Somos una sola nación.
Pedro Emilio Torrejón Sánchez.
Gumbrechtshoffen, mayo del 2025.