¿Por qué el cielo es azul? ¿El arcoíris tiene inicio y final? ¿Por qué el sol es tan brillante? ¿Quién es Papa Noel? ¿Cuándo podré ver a Dios? Desde niña he sido muy curiosa, quería saber de todo y no había quien me detenga. Esa característica se ha arraigado a mi forma de ser hasta la actualidad.
¿Cuál es nuestra misión en este mundo? o ¿Quién es Dios? No podemos negar algo, todos sin excepción en algún momento nos hemos formulado estas preguntas, las mismas que han dejado a más de uno en silencio, porque sin duda nos pone en una situación complicada, nos sitúa en una realidad que no conocemos y eso a veces asusta.
Hace unos días tuve la oportunidad de ver un documental súper interesante, denominado: “¿Y tú qué sabes?”, en donde exponen la vida de una fotógrafa, quien puede ver más allá de lo evidente, desarrollando su percepción en diferentes realidades y situaciones que la rodean. Esta fotógrafa representa a muchas personas en distintas situaciones como, decepciones amorosas, insatisfacción profesional, ataduras al pasado y falta de motivación para saltar al presente.
Y es que en nuestra vida desarrollamos creencias que nos cambian la forma de pensar. En esta cinta fílmica, distintos profesionales de la ciencia y la teología realizan interesantes contribuciones, que nos enseñan que es posible modificar la realidad física mediante nuestro pensamiento. Lo que pensamos se manifiesta de manera positiva o negativa y depende de nosotros cómo queremos vivir la realidad.
Los sueños pueden convertirse en realidad y el hombre tiene la habilidad de ver las cosas de diferentes formas y esto es uno de los aspectos que diferencia al ser humano de otros seres irracionales. La realidad es lo que vemos y sin duda todas las personas somos un enigma. La mente proporciona el conocimiento para que el ojo vea y cada ser humano se identifica por ser diferente a los demás. La percepción de cada persona es única, diferente y eso depende de cómo cada persona quiera ver su mundo y qué sentido le da a su vida.
El mundo está lleno de cosas sorprendentes, las mismas que vamos descubriendo conforme desarrollamos experiencias y en otras veces, dejamos de experimentar por priorizar otras cosas, es por ello que algunos hombres o mujeres que han sido padres o madres a corta edad y que han asumido responsabilidades sin tener un respiro, viviendo en un mundo lleno de estrés, pasan los años tan rápido que un día despiertan con la necesidad de vivir otra vez una realidad que tuvieron pero que no aprovecharon.
La física cuántica busca saber por qué las cosas son así y no de otra manera, ¿Por qué nuestro planeta es redondo?, una pregunta sencilla que a veces no puede ser respondida. En este contexto, el hombre tiene creencias que le ayudan a creer y dar lugar a la ciencia. Sin embargo, la desunión de la religión y la ciencia siempre ha existido y es por ello que muchas personas temen o alaban a un Dios que es distinto según la cultura que se vive.
El cerebro fija lo que es capaz de ver y el pensamiento puede cambiar por completo el cuerpo, de esta manera somos capaces de sentir. A cada instante experimentamos algún tipo de emoción o sentimiento. Nuestro estado emocional varía a lo largo del día en función de lo que nos ocurre y de los estímulos que percibimos, esto sucede porque el hombre necesita expresar y recibir emociones, porque sin ello estuviera muerto en vida.
La vida es inexplicable, todo es un proceso que tiene experiencias que nos forman como seres humanos y episodios que hacen más interesantes nuestra permanencia en esto que conocemos como VIDA. Nacemos, vivimos, crecemos y morimos, no hay otra cosa, es lo que sucederá y solo depende cómo el ser humano quiera vivir, feliz o infeliz, con miedo a que un Dios castigue o con ansias de agradar a ese Dios.
La vida es mágica, a mí me encanta y la disfruto, como también disfruto lo que conozco y lo que desconozco, porque sé que en algún momento lo descubriré y será realmente fascinante. El punto está en encontrar la “Cajita de Pandora” y descubrir que la vida es lo único que se posee, que la vida es como una página de un libro, que se abre un día, pero que no muy tarde deberá cerrarse…Pero sin duda hay algo que no morirá, la bendita mente suprema, esa que está dentro de tu cabecita…