Comunidades indígenas alertan que el 80 % de los casos se concentran en distritos como Andoas y Morona. El apu achuar Elmer Kunchim exige emergencia sanitaria y brigadas médicas permanentes.
El brote de tos ferina viene causando graves consecuencias en comunidades indígenas de la región Loreto. En lo que va del 2025, se han registrado 28 muertes en la provincia del Datem del Marañón, la mayoría de ellas en niños menores de cinco años.
El apu Elmer Kunchim Sumpinianch, presidente de la Federación de la Nacionalidad Achuar del Perú, denunció en RPP que el 80 % de los casos se concentra en distritos como Morona, Andoas y Cahuapanas, donde los servicios de salud son escasos y el acceso solo es posible por vía fluvial.
De acuerdo con la Gerencia Regional de Salud de Loreto, hasta septiembre se han confirmado 1.818 contagios de tos ferina en la región, lo que representa el 96 % de los casos reportados a nivel nacional. La enfermedad ha golpeado con especial dureza a los pueblos Achuar, Chapra, Kandozi y Shawi, que viven en condiciones de aislamiento y carecen de infraestructura sanitaria.
“Tenemos 66 comunidades y 6 organizaciones en la provincia. Solo en Andoas, el 80 % de los casos de tos ferina se concentran en nuestras comunidades. Ya hemos perdido a 28 niños este año y seguimos pidiendo que se declare emergencia sanitaria, pero el Estado no responde”, señaló el apu Elmer Kunchim en entrevista con RPP.
Falta de vacunación y brigadas médicas
La tos ferina puede prevenirse con tres dosis de vacuna, pero los líderes indígenas denuncian que en lo que va del año no se ha realizado ninguna campaña de inmunización completa en la zona.
“La gente quiere vacunarse, no hay resistencia, pero no llegan las brigadas. El Estado dice que no hay presupuesto para movilizar personal ni medicinas hasta nuestras comunidades”, añadió el dirigente.
El presidente de la Federación Achuar recordó que los puestos de salud en la zona apenas cuentan con dos o tres trabajadores y sin medicinas básicas. “Los brigadistas vienen una vez, aplican una dosis y se van. No hay seguimiento ni continuidad. Nuestros niños no pueden morir por falta de vacunas o paracetamol”, lamentó.