¿Se podrá beber agua con una gota de petróleo crudo? No estamos conformes con no hacer nada por el avance de la minería ilegal que destroza cientos y miles de hectáreas de bosques vírgenes en la selva. No estamos haciendo nada por parar el derrame de petróleo que se desliza en masa por los ríos de la selva. No estamos haciendo nada por para el ruido destructor de los trimóviles de las urbes en la selva. ¿Dónde estamos? ¿Qué nos falta para frenar estas barbaries?
Resulta indignante que en la selva ocurran estas barbaridades. Pero, más indignante es el conocimiento de todo el mundo y que simplemente no se esté haciendo nada.
¿Hace cuántos años que la minería ilegal está destruyendo miles de hectáreas de bosques vírgenes de la selva? Si es una actividad ilegal ¿qué se está esperando para cortar de inmediato? Está bien que en el negocio ilegal estén metidos legisladores; pero, ¿qué hace en el Congreso una persona que practica estas actividades ilícitas? ¿Dónde está la soberanía de la nación? El país está primero y las personas deben actuar acorde a las normas del mismo. ¿Cómo puede tener más poder un puñado de delincuentes que una nación completa? Estos comportamientos huelen a pescado podrido, a pescado en descomposición.
Como no hay crimen perfecto, pronto saldrán a la luz las cartas que ahora se están jugando bajo la mesa. Mientras tanto, la pobre selva paga los platos rotos. No solo se los manda matar a las personas cuando reclaman sus justos derechos, no solo se ignora en público sus linajes espirituales ancestrales, no solo se las categoriza como del último nivel; sino, ahora, se destruye sus bosques, el hogar común que es la madre naturaleza que Dios creó para que la persona la administre bien.
En ese bosque se encuentra el árbol de la vida, allí están los animales que sirven de alimento, en las aguas de los ríos los peces que las limpian y son codiciados alimentos de su gente. Ese bosque natural y ese río claro, son los medios de vida del hombre. Si alguien ignora y maltrata a los selváticos, así como los hombres tenemos almas que nos dan la vida, igual poseen los animales silvestres y las plantas.
Muchas de la plantas son medicinas naturales que nosotros por ignorancia no las utilizamos. Y no solo medicinas de la salud física, existen plantas en nuestra selva que son medicinas espirituales, por eso tenemos visitantes de Europa, Estados Unidos, Asia, que viene en grandes cantidades a curarse. Cuando se destruyen los bosques con esa minería ilegal, estamos destruyendo las medicinas que muy bien podrían sanarnos de nuestra salud física y de nuestra salud espiritual.
Ahora, no conformes con destruir los bosques, estamos destruyendo la riqueza ictiológica de nuestros ríos. No solo no se puede beber, sino, que toda la fauna, la riqueza de peces, crustáceos, mamíferos que viven allí, es muerta por la llegada inesperada de toneladas de petróleo crudo. Indigna el accidente porque la ejecución del proyecto adoleció del necesario estudio de impacto ambiental o se hizo mal. Pero, más indigna la parsimonia como se toma el caso, es decir, no se hace nada o se hace demasiado poco para darle solución.
La población está más que hastiada de las excesivas bullas de los trimóviles; pero, más que las propias bullas horribles, molesta la tranquilidad como se toma el caso. Que los encargados asistirán a un curso de afinamiento de oídos en Panamá que durará por lo menos seis meses. Que no hay dinero para la adquisición de sonómetros, hay que licitar y se podría comprar para el año tres mil. Que el único sonómetro está malogrado de “tanto trabajar” en el baúl del recuerdo lleno de hueveras de cucarachas y le enviará a Norte América para su reparación que se hará el dos mil veinte. Si se carece de capacidad y voluntad ¿por qué se insiste en representar al pueblo?