La instalación de la sala de crisis para abordar los incendios forestales en la región San Martín tuvo un episodio inesperado cuando la alcaldesa de Tarapoto, Lluni Perea Pinedo, solicitó la suspensión temporal de las concesiones forestales. La propuesta provocó una visible risa del gobernador regional, Walter Grúndel Jiménez, generando sorpresa entre los presentes.
El gobernador, visiblemente incómodo tras el comentario, afirmó que la región está limitada en su accionar debido a los múltiples intereses involucrados en el tema forestal, especialmente desde el Ejecutivo. «Estamos prácticamente de manos atadas, no podemos hacer nada», expresó Grúndel, reiterando la complejidad del problema.
El ambiente en la sala se tornó aún más tenso cuando Grúndel recordó una conversación reciente con el ministro de Agricultura. “El otro día, el ministro me pidió que desistiera en la demanda sobre la ley forestal que aprobó el Congreso. Me quedé callado, no le respondí ni sí ni no, porque no quise mandarlo al diablo”, declaró el gobernador, sorprendiendo a los altos mandos policiales y militares presentes.
Posteriormente, al ser abordado por periodistas para profundizar en el tema, el gobernador optó por no dar más declaraciones, calificando la situación como delicada y prefiriendo no generar mayores polémicas. Esta actitud dejó a la prensa con más preguntas que respuestas, incrementando el interés sobre los verdaderos motivos detrás de su silencio.