Dudo mucho que los designios del Señor sea permitir que una persona muera asesinada, y más aún por odio de otra que no entendió la negativa de estar a su lado, pues cada una es libre de escoger estar acompañada y con quien, o simplemente sola.
Una mujer más ha muerto en nuestro país, por la insensibilidad, por el machismo que nos invade, por el machismo que no quiere ser reconocido, por el miedo, por la inoperancia de las autoridades que reciben denuncias y no hacen seguimiento.
Las mujeres son hace mucho tiempo en nuestro país, las vulnerables a cualquier tipo de atentado: verbal, sicológico, físico, sexual. Cuando se habla de esto, inmediatamente nos recuerdan que también hay de aquellas, que maltratan a sus parejas varones, y sí, claro que hay, pero veamos las estadísticas fríamente y contemos muertes, contemos atentados, sigamos contando que a nosotras las mujeres, esto nos asusta.
No queremos cariño ni respeto por el solo hecho de ser mujeres, queremos igualdad y libertad, porque somos seres humanos, que queremos vivir tranquilas, sin el temor, de que personas cercanas o lejanas a nosotras, podrían hacernos daño.
Eyvi Ágreda, se fue a engrosar las cifras de feminicidios en nuestro país. Hasta abril del presente año se han presentado 43 feminicidios y 103 tentativas, 26 por ciento más a comparación al año anterior.
De acuerdo con el Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público, el feminicidio ocurre, en su mayoría, en el hogar y fuera del hogar estos delitos pueden ocurrir en una zona desolada (7), en una calle (6), en un hotel (2), en un establecimiento público (3), en el lugar de trabajo (2), entre otros. Cifras que asustan.