En el sistema político democrático del país, el orden jurídico es el lineamiento de vida de las personas. Alguien dijo en algún momento, que el orden jerárquico de los tres principales niveles de poderes en la democracia son: Político, jurídico y técnico. Las personas con más poder son las que ostentan la política. ¿Quiénes son ellas? Las que son elegidas en contiendas electorales: Presidente y vicepresidente nacional.
Congresistas. Gobernadores regionales. Alcaldes provinciales y distritales. Pero, el hecho de tener poder político, el sujeto elegido con adecuadas formaciones personales, debe mostrar en todas las circunstancias, vocación de servicio cargada de humildad. Como dijera Jesucristo, “si quieres ser el primero, compórtate como si fueras el último, para servir a los demás”. Pero, hay ausencia de un perfil básico del candidato. En la relación de requisitos para conocer el nivel de formación de una posible autoridad, generalmente se encuentra la condición intelectual, relacionada al grado de instrucción, aunque existen casos, que los candidatos mienten, porque luego son descubiertos y se establecen que algunas ni siquiera han concluido el nivel primario. ¿Cómo puede una persona con educación primaria ocupar por ejemplo el cargo de legisladora del país? Nadie está de acuerdo con la discriminación; pero, el servicio que una persona puede brindar a los demás, tiene que estar acorde a su formación. La formación intelectual está bien, pero también no son menos importantes la formación humana y la formación espiritual. El perfil para postular a la máxima magistratura del país debe sustentarse en estos tres grandes pilares. Un estadista debe ser una persona integral, con estudios y trayectoria intachables, que haya demostrado en su recorrido la amplia vocación de servicio a los demás.
La decisión política del gobernante debe estar enmarcada en el marco jurídico y plenamente sustentado en expedientes técnicos originales, no en espurios “expedientes” que resultan de copia y pega. Si el sistema democrático tiene como base el orden jurídico, pues, que éste marco esté bien elaborado, exento de tontas pasiones pasajeras y familiares y de grupúsculos humanos partidarios de falsos poderes. El desarrollo de la vida democrática de los seres humanos de un país, debe hacerse por antonomasia, si es posible, sin fiscalías, sin procuradores, sin jueces, ni policías. Mediante la educación integral, en todos los niveles, las personas estarán en capacidad de desenvolverse con naturalidad, demostrando la expresión máxima de su autoestima, el respeto absoluto a los demás, el cariño al medio ambiente (Agua, suelo, plantas, animales y aire); es decir, cada cual desarrollaría una vida plena, llena de felicidad.
Resulta repulsivo notar ahora, que al marco jurídico del país, se le tuerce de acuerdo a las conveniencias de quienes se creen con poder. El marco jurídico es para el cumplimiento de todas las personas por igual, no es que tal proviene de una raza; es familiar del novio de mi hija; que es el padre de mi amante; que tales pertenecen a mi agrupación política; que unas siglas en las agendas de la corrupción sí pertenecen al líder adversario; que las siglas de mi líder en la misma agenda de la corrupción no le pertenece o no significa como dice el delatador. Que el funcionario que por favores políticos trabaja en tal entidad recaudadora debe tener una remuneración mensual, lo que un trabajador común y corriente ganaría en cinco años. El otro trabajador debe ganar igual porque labora en una empresa del Estado que genera energía para el país. ¿Qué tonterías son estas? ¿Por qué la escala remunerativa está tan distanciada entre un trabajador y otro? ¿Qué de extraordinario tiene el eventual funcionario de una entidad del estado con otro del mismo Estado? Nada, solamente el “gran mérito” de apoyar en la campaña; e incluso, con menos nivel académico.
La política de un ex presidente era dar dinero del Estado en efectivo a todo el mundo: A las mujeres que tienen decenas de hijos; a los hombres que tienen una docena de mujeres; a los hombres y mujeres que ya pasaron los cien años; a las suegras que riñen a sus yernos. También dar de comer a todo el mundo: A los niños de la escuela; a las madres gestantes; a los padres muy activos; a los que realizan trabajos forzados, etc. Qué bonito es dar el dinero de otros. Que feo es dar pescado en vez de enseñar a pescar. Mucha gente, solo hace colas largas para cobrar ese dinero e ir a beber aguardiente. Muchas personas han dejado de buscar trabajo esperando ese dinero, en fin. Con gobernantes así, para qué se necesita tercera guerra mundial. Se necesita marco jurídico mundial para disminuir la inmensa desigualdad de oportunidades; para conservar los recursos del medio ambiente; para humanizar la humanidad; para desterrar la corrupción; para amarnos unos a otros.