“El Día Internacional de la Mujer, conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre. En 1975 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer y en 1977 proclamó el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. La primera celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora tuvo lugar el 19 de marzo 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza…” (Wikipedia).
“¡Qué! ¿La mujer no tuvo los mismos derechos que el hombre?”, indica sorprendido el joven caballero. “No. La hija no tenía derecho a estudiar. El padre disponía que el estudio solo correspondiera al hijo, mientras que ella esperaba la llegada del matrimonio, porque existía en la tierra para atender al esposo, tener y criar a los hijos. Las decisiones del hogar eran tomadas por el marido. La mujer no podía intervenir en una asamblea. La mujer no tenía derecho de votar en las elecciones”, responde una persona mayor.
“En la visita a una comunidad, observé que las asambleas son de hombres. Las mujeres, unas escuchan agrupadas en un ambiente cercano, otras preparan los alimentos y el masato (Bebida de yuca)”, interviene otro caballero.
“Sin ir muy lejos, en comunidades cercanas, en el traslado entre el campo y la ciudad, la mujer es la que carga el canato de yuca en la espalda y en el pecho al hijo menor; mientras que el varón va a cincuenta metros adelante llevando en la mano el machete o la escopeta”, añade otra persona.
¿Desde cuándo existen estas desigualdades? ¿Cuáles fueron las razones de peso para que se enraícen estas diferencias? A esta altura de la civilización, resulta increíble que hayan ocurrido semejantes comportamientos humanos. ¿Cómo una persona podría ser limitada de sus derechos por otra persona? ¿Quién les dio facultades sobrenaturales a algunas personas para limitar los derechos de otras? ¿Quién ha dicho que el varón ostenta excepcionales diferencias intelectuales en comparación a la mujer? ¿Es verdad que el grado intelectual se mide por el sexo? ¿Cómo se explica entonces que en los últimos años los primeros puestos en las instituciones educativas son ocupados por mujeres?
Los varones que tienen la dicha de compartir sus cortas vidas con mujeres: Madre, esposa, hijas, nietas, no cesan de sorprenderse del cargamento de virtudes que cada una lleva a cuestas. Ahora corre el dicho que “la mujer tiene un sexto sentido”. Ellas ven al varón como a un niño grande, a quien hacen encargos diversos que debe cumplir.
Cuando el varón cae en infidelidad, es descubierto por la esposa en el acto. El varón es un pésimo mentiroso, precisamente porque es un niño grande. Son sus propios actos los que le delatan.
Los seres humanos somos únicos, por tanto, las desigualdades no son buenas; pero no solo en derechos, también en deberes. La naturaleza humana ha evolucionado bastante. Es importante bridar atención y respeto a este resultado evolutivo.
Hombre y mujer; mujer y hombre, ambos seres son complementarios. Ninguno es más y ninguno es menos. La limitación de los derechos de la mujer es una mentalidad retrógrada. La naturaleza dice con letras doradas que la mujer y el hombre se une para formar un hogar, tener una familia y ambos sostener a los suyos, hasta que a su vez los hijos también obtengan las condiciones de organizarse en sus propias familias.