Julio Quevedo Bardález
No fue uno, fueron dos, los expresidentes que lograron una votación que rima con la vergüenza, y la culpa no la tienen ellos, sino sus propios seguidores, que creían que el Perú pude seguir votando por los candidatos “mesiánicos”, Alejandro Toledo que dice chau a esta aventura, y lo su lado más trágico, Alan García,
Alana García, con 67 años a cuestas, se retira de la política con un magro 6%, con Lourdes Flores a su lado, en una alianza impropia.
El APRA reflejó que necesariamente tenía que optar por la renovación de cuadros, sus militantes en el país y en la región San Martín, optaron por darse puyasos.
Más que al propio Alan García, hubo gente que culpa de todos los males a Omar Quesada, el cuarentón secretario general del Partido Aprista, que según manifiestan fue el que puso los candidatos en la región San Martín, a pesar que hubo una carta dirigida hacia su persona de descartar al candidato Jhon Alegría de la contienda.
Acá no podemos creer, que fuera Alegría u otro candidato del papelón aprísta en las elecciones, y que si fuera por la benevolencia del JNE, al indicar que al final los resultados les fueron adversos.
Pero también hicieron alianza, con un Partido Popular Cristiano desgastado, solo reflejada en su lideresa Lourdes Flores quien no supo involucionar el voto a la Alianza, peor aún con un partido como Vamos Perú, que los único que hizo en San Martín, fue poner a partidarios en la municipalidad de Morales.
Voces fuera
Ahora piden el desafuero de Roger Montalvo, quién nunca pudo poner orden en el partido en San Martín y atinó a que el cisma fuera oficial, es decir aurelistas por un lado y bogarinistas por el otro.
Incluso Laureano del Castillo, secretario general del Alto Mayo, manifestó que el candidato ideal sería Enrique Cornejo, pero al final se impuso la frase “disciplina compañeros”, y optó a regañadientes la candidatura de Alan García.
Este es un final esperado para muchos, inesperado por la dirigencia, y puede ser motivo para la renovación del APRA, para que simplemente se realicen elecciones internas sin ser manipuladas por la dirigencia nacional.
Si el APRA no opta por la unidad, y prefieren expulsar a varios militantes, San Martín vería que líderes como Víctor López Vilacorta, Vincent Saavedra u otros, perderían liderazgo en favor de los que dividieron al APRA En San Martín.