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sábado, diciembre 14, 2024
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¿Hacia dónde vamos?: Futuros mediato e inmediato

Las milenarias preguntas existenciales (¿Quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos?) en especial la última –y siempre la más “dramática”- cobra inusitado interés y nuevos matices a la luz de esta pandemia con la inédita crisis económica, social e integral que ha acarreado. Sin embargo, al vivir en una Era del Saber o sociedad de la información, muchos pueden acceder, más que nunca, también a vislumbres asombrosamente objetivos de los futuros inmediato y mediato. Todo ello, gracias a los poderosos instrumentos de análisis matemáticos (estadísticos, cíclicos, económicos, etc.), sociológico, histórico y, sobretodo, cosmobiológico, pues esta ciencia síntesis (la cosmobiología) es magníficamente útil y de alta precisión al englobar epistemológicamente a las demás ciencias en su investigación.

Así, acudiendo a las sabias conclusiones vertidas hace varias décadas ya (y aún en estos días) podemos decir con certeza que en el futuro inmediato que en los próximos meses (y de ahí en adelante hasta el 2030) vendrá un cambio titánico o cataclísmico en el orden económico mundial y que repercutirá en todos los órdenes del humano vivir: el hundimiento de la civilización basada en el materialismo-capitalista y, por ende, el derrumbamiento tremendo de los valores personalistas carentes de toda solidaridad y sentido de cooperación.

En ese sentido se pronunciaba ya el Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares en su magna obra “La Teoría Científica de la cosmobiología” (1975) señalando la importancia fundamental de las conjunciones de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno para los acontecimientos económicos mundiales, mencionando la declinación de “nuestra sociedad moderna llamada capitalista” a partir de 1948 (los resaltados son del suscrito):

“Sucede precisamente que la totalidad de las conjunciones jupertinianas y saturnianas con Urano y Neptuno son funciones de evolución del gran círculo de estos dos últimos planetas, comenzando en 1821 y terminando en 1992. Este ciclo, veremos concierne al futuro de nuestra sociedad moderna llamada capitalista; era ascendente durante todo el siglo XIX y es involutivo desde el comienzo de nuestra era. [Aquarius, en 1948] En su base evolutiva, el enjambre de conjunciones, sirven más que nada a construcción y desarrollo de esta sociedad, no son forzosamente significativos de crisis; en su fase de decaída, al contrario, las mismas concentraciones, contribuyendo a recargar el proceso de declinación de la misma sociedad; tienden a adquirir una expresión dramática más llena de sentido.”

Y en otra parte acota la parte económica en relación con la sociología:

“Peter Drucker anuncia el “fin del hombre económico” y Julian Huxley, siguiéndole, afirma que hemos entrado en la “era del hombre social” …luego concluye magistralmente: “El fin de la historia del hombre alienado, de la prehistoria humana, es el comienzo de la historia auténtica de la humanidad”.

Al reflexionar sobre estas concentraciones de las energías planetarias en relación con la economía, no podemos sino asombrarnos grandemente pues precisamente ya estamos viviendo una gran conjunción de Saturno, Júpiter y –aquí viene lo más impactante- Plutón en Aquarius, como agente de una gran depuración “volcánica” e “infernal”, que viene a tomar para sí la grande y dura tarea de demoler sin piedad todo el sistema económico materialista transmutándolo, emergiendo al mundo en la “era de la solidaridad triunfante” (Ignace Deep), la “Era de la Cooperación y del Ideal de Justicia” (Serge Raynaud de la Ferrière). Todo ello se suma a la posición de Urano en Tauro, que trae cambios brutales al “status quo” reinante.

Esto ya ha sido advertido desde la década de 1940 por sabios como el ilustre Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière:

“Estamos asistiendo actualmente al hecho capital de un momento particularmente crítico, al monstruoso hundimiento de toda una civilización (…)”

“La decadencia de la civilización materialista demuestra, sin asomo de duda, el monstruoso error en que incurren aquellos para quienes (…) la vida no tiene sino un solo fin: “enriquecerse”, elevar su situación social y material; aquellos para quienes el amor al prójimo, la fraternidad, la propia perfección, el desprendimiento interior son letra muerta, u objeto de risa o, aún más, de malentendidos, discordias, y a veces de golpes.”

Basta meditar en esto hoy, con la muerte sorpresiva de personas de toda condición económica… ¡todo se lo lleva el virus plutoniano sin miramientos! “Vanidad de vanidades” decía el Sabio Rey Salomón…

Asimismo, el autor nos aporta el análisis cíclico dado por la Escuela Sánscrita:

“En tanto que esta idea de preponderancia comercial no hace sino cumplir su ciclo correspondiente, ya se perfila entonces la forma siguiente de una evolución humana colectiva, es el nuevo retorno a la primera forma, es decir que el pueblo poco a poco se emancipa y en el año de 1950 el punto culminante del espíritu del pueblo, y la colectividad inferior del mundo social se manifiesta.”

“Del año 1950 al 2000 se va a infiltrar poco a poco el sistema teúrgico, el movimiento iniciático, la estructura gubernamental mundial de un sacerdocio esotérico, la reeducación de la humanidad llevada adelante por una colectividad de Iniciados. No se trata de una dirección de monjes o de representantes de alguna religión, sino de una teocracia en el más plausible sentido para todo el mundo, de

una jerarquía espiritual y una autoridad tanto por el conocimiento como por la Sabiduría, un reino de Realización para cada quien.”

“Estas épocas de 500 años no son períodos de medio milenio exactamente, como tampoco son enteramente de una sola y misma tonalidad.”

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