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jueves, mayo 15, 2025
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Dos siglos con los mismos males

Llegamos al bicentenario de independencia española, pero sin independizarnos de nuestros propios males.

La renuncia de la presidenta y nuevas elecciones tal vez garanticen la calma social, pero no sabremos hasta cuándo. Será como remendar la tela rota o desgastada. ¿Y a quién elegir esta vez? Después de probar con derechas e izquierdas, al final caen en lo mismo, en la omnipresente corrupción, aquel mal endémico nacional que arrasa con cualquier ideología, o lo que sea. Sin líderes a la vista y partidos en decadencia, el 70 por ciento de peruanos votarían por ninguno.

Si los peruanos supiéramos elegir a nuestros gobernantes, no pasaríamos por las angustiantes etapas de un país cargado de complejos. Los elegimos para luego tratar de sacarlos del cargo (y meterlos presos). Somos (el pueblo) la pareja que parece encontrar al novio o novia ideal (gobernante), pero resulta traicionado o decepcionada en sus expectativas. Una frustración histórica que interpretan o tratan de explicar historiadores, sociólogos y periodistas.

“En el Perú, la corrupción no era algo esporádico sino, más bien, un elemento sistémico, enraizado en estructuras centrales de la sociedad”, menciona Alfonso Quiroz en su libro Historia de la Corrupción en el Perú, donde expone miles de casos de corrupción desde la época del virrey Amat hasta la dictadura de Alberto Fujimori. El historiador y columnista, Antonio Zapata, considera que “en el Perú imperaría un nudo gordiano (casi imposible de resolver), armado por hábitos perniciosos que convierten al Estado en un botín”.

Los peruanos nos transportamos sobre un vehículo con buen motor (economía), pero sus pilotos (Ejecutivo y Legislativo) nos ponen en reversa y le extraen el combustible, pese a saber que el camino es largo y tortuoso.

Para conocernos siempre es saludable la opinión de los otros, de quienes nos observan desde afuera. Nos definen como “un país en caída libre” (diario El País), que “esta situación no es sostenible” (The Economist). Ambos medios de comunicación tratan de descifrar las causas de nuestra inestabilidad crónica.

Roger Rumrrill

El diario español señala que hay dos perús. El del limeño blanco, adinerado, caserito de Larcomar, con poder económico, político y social, que usufructúa el crecimiento de la última década. Los privilegiados de siempre. El otro, el del interior, el andino, aquel del taparrabo, de los pueblos originarios, son los cholos pobres y marginados. Los ciudadanos de segunda clase.

La revista especializada inglesa aumenta la preocupación, al señalar que nuestro país ya no es una “democracia imperfecta”, sino un “régimen híbrido”, es decir, con elementos democráticos combinados con autoritarios, o viceversa, debido al intento de golpe fallido, la polarización extrema y la militarización para reprimir las movilizaciones ciudadanas.

La voz autorizada del pensador amazónico, Róger Rumrril, avala estos puntos de vista, al sostener que la crisis de nuestro país “ha llegado a un punto de no retorno”. Y propone una salida desde el interior para revertir el “hipercentralismo” a través de una alianza andino-amazónica que transformará a la Amazonía y los Andes en el espacio geopolítico, geoeconómico e hidropolítico del Perú en el siglo XXI. 

El gobierno y Congreso esperan el desgaste del ímpetu de los protestantes, y estos últimos buscan mayores aliados. Las formas han perjudicado más a los protestantes con sus vandálicos actos que al Gobierno con las muertes no aclaradas de presuntos inocentes. Ambos argumentos contaminados por radicales y oportunistas. Sin ninguna posibilidad de diálogo.

“Estamos lejos de ser una sociedad reconciliada cuando tú le dices terrorista a todo el que se manifiesta”, comentó a un diario extranjero la ex ministra de Justicia de PPK, Marisol Pérez Tello. En esta crisis muchas son las personas desesperadas por la desigualdad y salen a las calles pacíficamente a desahogar su dramática frustración. Pero los noticieros también los postergan y difunden las tomas de comisarías, aeropuertos, quema de camiones y enfrentamientos violentos.

Llegamos al bicentenario de independencia española, pero sin independizarnos de nuestros propios males.

Una sociedad maniquea, de buenos contra los malos. De violentistas, azuzadores.

La clase política ahora está – Deuda histórica – Hartos de desigualdad, pobreza, racismo y otras discriminaciones – Ingobernabilidad: seis presidentes en cuatro años – 58 muertes – Incertidumbre nacional.

FUENTES:

https://fondoeditorial.iep.org.pe/producto/historia-de-la-corrupcion-en-el-peru-edicion-popular/

https://diariovoces.com.pe/228049/a-crisis-en-el-peru-ha-llegado-a-un-punto-de-no-retorno

https://elpais.com/internacional/2023-02-06/peru-un-pais-en-caida-libre.html

https://rpp.pe/peru/actualidad/editor-de-the-economist-sobre-crisis-en-peru-esta-situacion-no-es-sostenible-y-es-muy-preocupante-noticia-1464798?ref=rpp

https://iep.org.pe/noticias/antonio-zapata-la-corrupcion-segun-basadre/

https://www.iagua.es/blogs/luis-lujan-cardenas/violencia-social-afecta-medioambiente-ciudades-peruanas

 

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