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Nuestra democracia, entre otras instituciones, está sostenida en 21 partidos políticos con inscripción vigente, es decir habilitados para participar en este proceso electoral; hasta el momento por lo menos se conoce de unos 8 candidatos que están recorriendo el país y que en una u otra encuesta aparecen, como es el caso de Keiko Fujimori Higuchi, Pedro Pablo Kuczynski, Alan García Pérez, Alejandro Toledo Manrique, César Acuña Peralta, Antero Flores Aráoz, Verónica Mendoza Frisch y Nano Guerra García, de Humberto Lay Sun se conoce que se aliará a César Acuña, mientras que en el PPC se vocean José Luna Gálvez, Raúl Castro y Alberto Beingolea, aunque Lourdes Flores ha hecho público su interés de aliarse con el APRA; en el partido de la palana suenan fuerte los nombres de Alfredo Barnechea, Jonhy Lescano y César Villanueva; mientras que el oficialismo lanzó a Milton Von Hesse; del mismo modo en el partido Siempre Unidos se disputan Ricardo Castro y Rómulo Mucho, mientras en Vamos Perú el candidato natural es Juan Sotomayor, por su parte Julio Guzmán del partido Todos por el Perú ha expresado su voluntad de postular y finalmente el bloque de izquierda denominado Unidad Democrática está anunciando internas para elegir a su candidato, tal como lo hizo el Frente Amplio que tiene como candidata a Verónica Mendoza.

Seguro que también están desconcertados con este variopinto menú, y no es para menos, pero el drama es aún mayor, por ejemplo, hay por lo menos cinco partidos políticos inscritos que están sin candidatos a la vista, como es el caso de Somos Perú, Unión por el Perú (UPP), Democracia Directa, Perú Patria Segura y el FREPAP, aunque aquí se anuncia a Jonás Ataucuzi.

El sentido común nos indica que es imposible que los 21 partidos políticos logren lanzar candidaturas, muchos optarán, empujados por el instinto de sobrevivencia, por las alianzas; otros por ofertar su vientre en alquiler. Como se conoce quien no consiga superar el 5% perderá su inscripción, particularmente considero que es necesario partidos bien organizados, si queremos una democracia fuerte, esta debe sustentarse en partidos políticos fuertes, de lo contrario el trasfuguismo, cambalache y alquiler de vientre seguirá siendo el reflejo de nuestra anoréxica democracia.

Pues bien, la radiografía que nos ha ocupado nos permite concluir en lo siguiente: (a) que las elecciones internas para la mayoría de los partidos políticos es un saludo a la bandera, aunque se rasguen las vestiduras anunciando que son demócratas; (b) que hay partidos políticos de cliché y que están a la espera de alquilar su vientre como lo hizo UPP con Ollanta; (c) que hay candidatos que están anunciando su voluntad de postular a la presidencia pero no tienen partido; (d) que hay muchas probabilidades que muchos partidos pierdan sus inscripciones, incluso si hicieran alianzas, pues la ley cambió en el sentido que en caso de una alianza además del 5% exigido por la norma, por cada partido que conforme la alianza la norma exige el uno por ciento adicional. Quien sabe que esto pueda corregir que para los siguientes procesos electorales ya no estemos con el drama de tener candidatos que no tienen partido, y partidos que no tienen candidatos.